Chadwick en la encrucijada
Entre audios, amores y permisos

El lunes pasado, en un escenario donde la realidad supera la ficción, Andrés Chadwick, el hombre que hizo de la «mano dura» su sello durante los últimos gobiernos, se sentó frente a la Fiscalía Oriente en calidad de imputado.
NOTA: Corresponsalía Milano, Diario la Humanidad
Milano – Italia
Y no, no era una reunión social ni un encuentro para discutir el clima; era la puesta en escena de un nuevo capítulo del Caso Audios, que se ha convertido en la telenovela más intrigante del año en Chile.
Chadwick, otrora ministro del Interior y cercano al poder, tuvo que responder ante los fiscales sin la opción de “guardar silencio” —un gesto tan dramático como si se hubiera saltado la típica escena de la película en la que el protagonista hace una gran revelación. Pero lo suyo fue mucho más complicado, tenía que enfrentarse a las duras preguntas sobre su presunta participación en un megaproyecto que se desarrollaba con el respaldo de personajes tan poderosos como el empresario Álvaro Jalaff y, como no, el abogado Luis Hermosilla, hoy en prisión preventiva por cohecho y lavado de activos.
¿Pero qué tenía que ver Andrés Chadwick en todo esto? Pues bien, según los audios recuperados del celular de Hermosilla, ACH, como lo apodaban los implicados, estaba más involucrado en la gestión de permisos para proyectos que, digamos, parecían tener más “charme” en los pasillos del poder que en las juntas de los vecinos. El vínculo se tejió a través de un «lobby» al estilo chileno, donde lo que importaba no era el bienestar social, sino el de los bolsillos de los empresarios.
Y claro, con un toque de glamour de por medio, ya que Chadwick, siempre dispuesto a dar una mano en favor de sus amigos, estaba a disposición para que los permisos fluyeran con la misma facilidad que un vaso de pisco sour en una fiesta de fin de año.
Lo curioso es que, en todo este laberinto de permisos y negociados, los involucrados parecían hacer sus negocios al estilo de los ojos bien cerrados, sin cuestionar demasiado. Chadwick y Hermosilla, esos dos titanes del poder, realmente parecían llevarse de una manera tan cercana que hasta uno podría pensar que más que compañeros de trabajo, se trataba de un romance político al estilo «telenovela». En declaraciones cargadas de emoción, y de esas que salen de lo más profundo del alma, Chadwick dio a entender que su relación con Hermosilla iba mucho más allá de lo profesional.
En las pausas de tribunales, las risitas de los periodistas que cubrían la toma de declaración del inculpado ponían la nota picarona a tanto bodrio de corrupción, cahuin y olor a traste. El público no podía evitar un suspiro ante tanto enredo, como si estuviéramos ante el guion de una película de «intriga política», pero con ese toque nacional que hace todo más… interesante.

Pero el «drama» no termina ahí, según testigos cercanos, durante los días previos a su declaración, el exministro estuvo tan relajado como si estuviera en la fiesta de la «Raza» (porque hay que reconocerlo, tiene una manera de manejar las crisis). Durante la misma jornada de su comparecencia, comenzó a circular que Chadwick no solo era el tipo que había militarizado la zona sur para ponerle freno a los mapuches, sino que había estado tan, pero tan enamorado, que hasta estuvo dispuesto a pasar por alto ciertas… “circunstancias” incómodas. Se especula que estaba tan enamorado de la señora de Allamand que, según se cuenta, ofreció convertirse en el rostro de toda una operación política para hacer fluir dinero hacia la UDI, en un gesto que le valió el apodo de “el caramelo de la UDI”.
Y si esto no fuera suficiente, las cosas se ponen aún más picantes en el ámbito privado. Se comenta que la exesposa de Chadwick, no tan ajena a los vaivenes del poder, no dudó en intervenir de manera sutil pero firme. Se dice que, al enterarse de las implicaciones de su marido en todo este entramado, decidió tomar el teléfono y llamar directamente a la señora de Allamand.
En la conversación, que no fue exactamente un intercambio de recetas de cocina, la exesposa de Chadwick le habría dejado claro que no iba a hablar con la prensa ni con nadie más sobre los asuntos que las unían a ambas en este turbio escenario político. ¿La razón? Según lo que se rumorea, le dejó en claro que todo quedaría entre “piscos sour autorizados”… una manera elegante de decir que los secretos del poder, como siempre, se mantienen entre copas y silencios cuidadosamente gestionados.

Ah, pero aquí no termina la cosa. Fuentes cercanas a Hermosilla, quien parece tener la lengua suelta más que un periodista en un programa de farándula, aseguran que fue el mismísimo Chadwick quien acuñó el célebre y muy poco decoroso rótulo de “cachera” para referirse a la actual candidata Evelyn Matthei, y no el exfiscal Manuel Guerra. Aunque algunos lo hayan omitido en sus relatos más pulcros, las malas lenguas en el caso aseguran que este término, que rozaría los límites del léxico “fino” de la UDI, habría salido de la boca del mismo Chadwick en conversaciones privadas. Un toque de color que, por supuesto, se reserva solo para los más cercanos — y que sin duda, pondría en aprietos a la UDI si se sacara a la luz en el contexto adecuado.
Y qué decir de su relación con los hermanos Jalaff y los paramilitares. Mientras las bases del país se sacudían con el estallido social de 2019, Chadwick, amigo cercano de Hermosilla, veía con ojos de «estratega» cómo neutralizar a los manifestantes. En ese entonces, el rumor de un ejército privado estaba más vivo que nunca, y, como en todo buen guion de película, las intrigas se entrelazaban como en un juego de ajedrez político.
En su defensa, Chadwick no se achicó. Frente a los fiscales, no recurrió al derecho a guardar silencio (lo cual ya es un punto a su favor si uno piensa en los tiempos que corren). Su abogado, Samuel Donoso, aseguró que el exministro está dispuesto a colaborar con la justicia para «esclarecer su rol». Claro, porque lo que el Ministerio Público está buscando no es más ni menos que descubrir si usó su poder para influir de manera inapropiada en la toma de decisiones políticas y, de ser así, si esa influencia llegó hasta las altas esferas del poder económico.
Y, por si fuera poco, entre tanto juicio y tanto ruido mediático, se deja en el aire una posible reunión entre Chadwick y el entonces ministro de Vivienda, Felipe Ward, para discutir «las necesidades de Parque Capital», un asunto que, según Ciper, tampoco está completamente aclarado.
La histórica directora de comunicaciones de la UDI, Lily Zúñiga, estuvo invitada al programa Not News de Vía X, donde lanzó un bombazo político-farandulero sobre Andrés Chadwick y Marcela Cubillos.
Mientras hablaban de la polémica por el millonario sueldo de Cubillos en la Universidad San Sebastián (USS) y la posterior renuncia de Chadwick a la presidencia de la junta directiva del recinto educativo, Zúñiga no se cortó: «Ellos tienen una historia muy bonita (…) Estoy hablando del 2010 o antes, un poco antes, se decía en la UDI que cuando Marcela Cubillos se separó, de un minuto a otro, cayó Chadwick en una depresión cuando él era senador».
Inmediatamente, el animador del espacio Nicolás Larraín la interrumpió para preguntarle el motivo de la depresión del exministro y mano derecha de Sebastián Piñera.
«Porque Chadwick estaba muy enamorado de Marcela Cubillos», sostuvo la periodista Lily Zúñiga, justificando, entre risas, los 17 millones que ganaba ella en la USS y revelando que dentro de la UDI era un tema súper conocido: «Es más, no sé si puedo decir la broma, pero cuando estábamos ahí decíamos que ‘(Andrés) Allamand penetró en lo más profundo de la UDI'».
¿Qué depara el futuro para el exministro que un día fue la cara de la mano dura y ahora se enfrenta a las cámaras de la justicia? A lo mejor la respuesta esté entre los audios, los mensajes y las largas horas de declaración. Pero si algo está claro es que Chadwick tiene una forma muy peculiar de enfrentar las crisis, y esta, no parece ser la excepción.
¡Que se preparen para el próximo episodio de esta teleserie chilena, que promete más giros inesperados que una película de suspenso de bajo presupuesto, pues se lo robaron todo!
Corresponsalía Milano / Gregorio Mondaca / © Diario La Humanidad
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