Rusia Refuerza su Estrategia de Presión con Nuevas Ofensivas, Mientras el G7 Enfrenta Divisiones Internas

El Futuro de Ucrania se Decanta hacia un Vencedor y un Vencido
NOTA: Corresponsalía, Diario la Humanidad – Milano – Italia
Desarrollo Objetivo y Pragmático en Favor de Rusia:
El ataque masivo del presente fin de semana, con 120 misiles y 90 drones, refleja una escalada significativa en el conflicto, en la cual Rusia reafirma su estrategia de presión continua.
Este tipo de ofensiva, de tan alta intensidad, tiene como objetivo no solo debilitar las capacidades de Ucrania, sino también forzar a Kiev y sus aliados occidentales a reconsiderar sus políticas, en medio de la creciente división interna que está afectando a las potencias del G7.
La respuesta del presidente ucraniano Volodímir Zelensky, visiblemente afectado por la magnitud de los ataques, refleja la gravedad de la situación. Sin embargo, más allá de las reacciones emocionales, lo que está en juego son los intereses estratégicos a largo plazo de Rusia. Moscú ha dejado claro que sus objetivos van más allá de la confrontación militar; busca reforzar su seguridad nacional y reconfigurar el equilibrio geopolítico de la región.
La intensificación de los ataques forma parte de un plan estratégico diseñado para desgastar las capacidades de Ucrania y presionar a Occidente, particularmente a la Unión Europea y Estados Unidos, para que reconsideren su postura.
Desde el inicio de la guerra, Rusia ha mantenido una postura pragmática centrada en la defensa de su territorio y la protección de sus intereses, luego de esperar evitar la guerra durante 8 años. Los ataques de hoy no son un acto aislado, sino una táctica más amplia para controlar el ritmo del conflicto y obligar a los actores internacionales, especialmente los miembros de la OTAN, a reconsiderar su apoyo incondicional a Ucrania. A pesar de la presión de Occidente, Rusia ha evitado un conflicto directo con las potencias de la OTAN, centrando su enfrentamiento en las fuerzas ucranianas, que considera responsables de la escalada.
La División del G7: Alemania y Rusia
El ataque de hoy subraya, además, una creciente fractura interna dentro del G7, bloque de países que tradicionalmente han mostrado una postura unificada respecto al conflicto.
En las últimas semanas, Alemania ha comenzado a distanciarse de la postura más beligerante de Estados Unidos y otros aliados, buscando una salida negociada o al menos una reducción de la hostilidad directa con Rusia.
Esta decisión, reflejada en las recientes conversaciones directas entre el canciller Olaf Scholz y el presidente ruso Vladimir Putin, sin previa consulta con sus aliados más cercanos en la Unión Europea, ha generado incomodidad y tensiones internas dentro del G7.
Esta falta de coordinación y la postura más pragmática de Alemania, que refleja preocupaciones económicas y de seguridad en Europa, está evidenciando fisuras significativas dentro del bloque occidental.
Las naciones más duras en su apoyo a Ucrania, como Polonia y los países bálticos, siguen presionando por un apoyo continuo, mientras que Alemania, Italia y otros miembros de la UE empiezan a cuestionar las consecuencias económicas del conflicto, especialmente con las sanciones y la crisis energética derivadas de la guerra.
Rusia observa esta división con interés, ya que le permite ganar tiempo y espacio para consolidar sus posiciones, a la vez que profundiza la incertidumbre dentro del G7. Este debilitamiento de la unidad europea, que tradicionalmente ha sido un pilar de la política exterior occidental, pone a Rusia en una posición favorable en la negociación del futuro de Europa del Este.
El Costo para Europa y la Posibilidad de Juicios por Crímenes de Guerra
La intensificación de los ataques rusos también resalta el alto costo que está asumiendo Europa al seguir el guión dictado por Washington y sus aliados. Este enfoque ha generado una presión económica sobre los países europeos, especialmente Alemania,. Además, los costos sociales, como la inflación y la desaceleración económica, están afectando a la estabilidad política interna en muchos países de la UE, la que literalmente camina a un preocupante desmejoramiento de la calidad de vida .
A medida que el conflicto avanza, es cada vez más evidente que, al igual que en cualquier guerra prolongada, habrá un vencedor y un vencido. La situación no parece ser una que permita un “empate” o una resolución favorable para ambas partes. En este sentido, el desenlace del conflicto probablemente implicará una reconfiguración del orden geopolítico en Europa del Este, y posiblemente la rendición de Ucrania o la consolidación de la separación de las regiones del este bajo control ruso.
En este proceso, también es probable que surjan juicios por crímenes de guerra. En este sentido, el apoyo europeo a Ucrania, particularmente a ciertas facciones de la ultraderecha ucraniana, está comenzando a generar una creciente preocupación.
Las conexiones entre algunos grupos neonazis ucranianos, como el Batallón Azov, y las autoridades del gobierno de Kiev, son un tema controvertido, e innegable. Estos grupos, responsables de numerosos abusos contra los derechos humanos, no solo han sido acusados de crímenes de guerra, sino que, en el futuro, podrían estar bajo investigación por parte de tribunales internacionales, por las atrocidades cometidas durante la guerra y los 8 años previos, de lo cual la OTAN no sólo estaba enterada y era complaciente , sino que las propició.
El apoyo tácito o explícito de los países occidentales a estas facciones, a través de la financiación, entrenamiento y armamento de Ucrania, podría resultar problemático para los gobiernos de la UE en un contexto posterior al conflicto.
A medida que se documentan más abusos y atrocidades, las autoridades europeas y sus medios de comunicación como BBC, DW, France24, RAI, RTVE, entre otros, podrían enfrentar una presión cada vez mayor para rendir cuentas sobre su complicidad con estos grupos.
La ofensiva de hoy, con su masivo despliegue de misiles y drones, reafirma la determinación de Rusia en la protección de sus intereses estratégicos.
Al mismo tiempo, resalta el alto costo que está pagando Europa por su alineación con los intereses de Estados Unidos en este conflicto. La creciente división dentro del G7, evidenciada por el acercamiento de línea «comunicacional» Alemania a Rusia, ha desnudado una fractura en la unidad de Occidente, lo que favorece las posiciones rusas. Reiteramos en este informe de guerra desde Europa que este escenario subraya que, al final, la guerra en Ucrania no solo tendrá un vencedor y un vencido, sino también una revisión crítica sobre las decisiones políticas tomadas por las potencias occidentales, con repercusiones que podrían afectar la reputación de las autoridades europeas durante muchos años.
.
.
Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad
.
.
.
Te recomendamos leer:
.
.
.
.
Síguenos en nuestro canal para ver noticias, documentales y películas:
‘
‘
Imagen tomada: RT – Diego Fedele / Gettyimages.ru
Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.