Uruguay: corrupción escándalos y presiones a la justicia desde el gobierno

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El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en una fotografía de archivo. EFE/ Raúl Martínez

Un nuevo escándalo en el gobierno liderado por el derechista Luis Lacalle, se suma a una larga lista que ya es casi innumerable. Casos flagrantes de corrupción; una trama montada en el mismísimo edificio de Presidencia de pasaportes falsos, favores, espionaje y demás tareas non sanctas.

Nota: Nicolás Centurión – Uruguay – Licenciado en Psicología, Miembro de (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

Se filtraron en los últimos días, chats de Pablo Iturralde,  Presidente del Partido Nacional, del que forma parte el presidente Luis Lacalle Pou, en el que conversaba con el exsenador y actual procesado Gustavo Penadés por más de 11 delitos, entre ellos pedofilia.

En los chats se buscaba defender al acusado y se hablaba de presiones a la justicia. Iturralde tuvo que renunciar a la presidencia del Partido Nacional la misma mañana que se publicaron los chats, pero lo hizo porque se filtraron los chats y no por lo filtrado. Ante los hechos no se mostró arrepentido, dijo que estaban sacados de contexto y que su renuncia era para no perjudicar a sus compañeros en medio de la campana electoral.

Lo sucedido

De renuncias y casos de corrupción se ha plagado este gobierno de Luis Lacalle Pou y la coalición de derechas. Parece ser la continuidad del gobierno de su padre Luis Lacalle Herrera en los años 90. Ministros y funcionarios que renuncian y casi que como una regla, aparecen en otros puestos de gobierno.

Intendentes denunciados por casos de nepotismo, clientelismo, de abuso sexual. (Carlos Moreira en Colonia, Pablo Caram y Valentina De los Santos en Artigas). Se han beneficiado fundaciones y empresas amigas con políticas del gobierno. (Fundación A Ganar, Salto Grande, Montepaz)

La lista sigue y sigue. El tendal que ha dejado el gobierno de Lacalle y lo que aún no sabemos (y lo que queda de gobierno) es ya para calificarlo de endémico y sistémico en su partido. Y Lacalle sigue sin saber nada. Como los famosos monitos ilustrados, no ve y no escucha, pero sí que habla, y cuando lo hace es para echar culpas a sus adversarios políticos o para salir a defender a sus amigotes, que tarde o temprano terminan siendo culpables.

Imagen positiva, a pesar de todo

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Penadés y Lacalle

Lo llamativo es que su imágen pública sigue siendo altamente positiva y parece que está blindado ante los casos de corrupción o que la población separa a Lacalle Presidente de lo que sucede a su alrededor.

Días antes el ex presidente de la Junta de Transparencia y Ética Pública Ricardo GIl Iribarne había dicho en una charla pública sobre este gobierno 

“No sé si hay alguien que pueda negar que este gobierno es corrupto”.

Le llovieron las críticas. Ahora, ¿quién podrá contradecirlo?

La impunidad discursiva y política con la que se ha manejado Lacalle Pou es más que llamativa. Su leit motiv “conmigo duerman sin frazada”, en una especie de rapto criollo de hacerse el pueblerino y despegarse de su alcurnia, como para decir: “confíen en mi” ha quedado más que devaluado.

El gobierno de Lacalle en su comunicación – llevada adelante por Roberto Lafluf, renunciado por el escándalo del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset y que recaló en el equipo de campaña de Álvaro Delgado como precandidato del Partido Nacional- ha utilizado una vieja táctica, la del “lobo solitario”, la “del caso aislado”.

Es curioso, ya que las intendencias con mayores ingresos directos son de tiendas de Lacalle, uno de las senadores con más años en el Parlamento y articulador con la oposición resultó detenido por casos de pedofilia y a su vez armó toda una trama para perseguir y acosar a las víctimas para que no declaren.

Fiscales Juan Gómez y Jorge Díaz

A una semana de asumir, el extinto Ministro del Interior Jorge Larrañaga, no tenía decidido quienes iban a ocupar el cargo de jefe de policía de los 19 departamentos. Se han constatado decenas de casos de corrupción, de acoso, de abuso de funciones, de persecución dentro de la policía, de contrabando, de narcotráfico.

Es que este gobierno trajo a la vieja escuela de nuevo a escena y con ella sus viejas prácticas. Lacalle y sus adláteres no han hecho más que tratar de erosionar a Fiscalía desde cuando eran oposición. El ex fiscal de Corte Jorge Díaz y el actual . Juan Gomez, han sido objetivos predilectos. Han sumado a sus filas para esta campaña a la fiscal que tuvo que investigar la corrupción del excustodio de Lacalle y a Lacalle mismo.

La culpa la tiene el otro

En este caso, que dio puntapié a este nota, el de las filtraciones de chats del ex Presidente del Partido Nacional, desató una ola de ataques a Fiscalía y al periodismo. Queriendo revelar fuentes, atacando sistemáticamente a la justicia. ¿Resultado?

Parece que las filtraciones vinieron desde el Ministerio del Interior y por doble ataque.

Es decir, la fiscal Alicia Ghione a cargo de este caso, nunca accedió a estos chats y audios, ya que la propia policía los había encriptado. Esta filtración a la que accedió el Semanario Búsqueda parece venir del propio Ministerio del Interior.

Entonces, ¿quién se va a hacer cargo de la policía, del Ministerio del Interior, de la justicia, ante toda esta situación? Sumémosle la cantidad de homicidios, el narcotráfico creciente, la inseguridad en auge. No es una cuestión de agorero del mal, sino que es, como reza el refrán popular, muy difícil construir y tan fácil destruir. Estos platos rotos lo sigue pagando y sufriendo el ciudadano de a pie. A ese que van a ir a visitar barrio por barrio los candidatos en plena campaña electoral.

El candidato con mayores preferencias dentro del Partido Nacional es el delfin de Lacalle, Álvaro Delgado. Una persona de su confianza, que fue Prosecretario de Presidencia, donde una sombra se cierne sobre él y el caso de los pasaportes falsos a ciudadanos rusos y otros casos. Pero como con Lacalle, no sabe, no estuvo, todo le pasa por el costado, aunque siempre la sospecha lo persigue. De ganar, serán cinco años más de corrupción, escándalos y gobierno para unos pocos.

¿Lacalle? Lacalle acaba de pedir una semana de licencia en medio de otro escándalo político, lo que ya parece costumbre.

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Fuente e Imagenes tomadas de: Periferiauy – EFE/ Raúl Martínez

Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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