PORQUE LA ENTIDAD SIONISTA PREVALECE SOBRE LOS PUEBLOS ÁRABES

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¿Por qué los árabes no se unen?

 

Nota: Nicola Hadwa y Silvia Domenech- Periodistas- Expertos en Medio Oriente

Una pregunta recurrente es esta y luego ¿Por qué los árabes no se unen? Y le sigue la afirmación “Si los árabes se unieran la entidad sionista no existiría hace mucho”

Todas las interrogantes anteriores son reales y está presente en las mentes de todas las personas y no se aleja de la realidad objetiva. Tanto la unidad árabe como la derrota del estado sionista, no pasa por la voluntad de las personas simplemente, hay muchos factores que inciden en las decisiones de las esferas del poder, ya sea en el lado árabe o en el lado sionista.

Por el lado sionista estos cuentan hasta el momento con la ayuda ilimitada y la protección de parte del imperialismo norteamericano y las comunidades sionistas que muy bien infiltran los gobiernos y esferas de influencias de muchos países y organizaciones políticas y al mismo tiempo el enorme poder económico sionista presente en toda la banca mundial y en las transnacionales hace que concentre en sus manos y tenga al alcance bastante poder y protección, pero el mayor poder que posee el estado sionista nace del propio mundo árabe.

Los árabes en su gran mayoría gobernados por monarquías feudales y absolutamente alejados de toda democracia han concentrado las riquezas de esos países en las manos de pocas familias o en una familia y estas riquezas han sido invertidas en diferentes países del mundo, en los años 70 se invirtieron principalmente en Europa lo que permitió un desarrollo más acelerado de esos países producto de esas enormes riquezas que constituían los llamados petrodólares que llegaban por miles de millones a incrementar las inversiones de esos países produciendo un explosivo desarrollo industrial y comercial.

                                                                     El príncipe  de Arabia Saudita

Estas inversiones masivas permitieron a los europeos competir con la economía norteamericana y desarrollar áreas de las cuales antes no eran determinantes y no competitivas frente al poder industrial y comercial americano, pero que con estas inversiones masivas no solo se hicieron muy competitivas, sino que además desplazaron de los mercados a los americanos como por ejemplo la industria automotriz, metal mecánica etc. Los americanos quienes rápidamente comprendieron que sus industrias y su comercio estaban siendo desplazados, al mismo tiempo comprendieron el peligro que implicaba las inversiones árabes en determinados países principalmente Alemania, Francia y Reino unido, dado que estos se desarrollaban muy por encima de otros como Italia y España, por ejemplo, lo que podría ocurrir que esta situación indujera a un derrumbe de esas economías y un desequilibrio entre la comunidad de países europeos con los riesgos sociales y políticos que conllevan las crisis económicas.

La primera solución a esta compleja y peligrosa situación desde el punto de vista de la estabilidad política de esos países, en un comienzo fue trasladar estas inversiones por parejo a estos países o en su defecto invertirlas en otros emergentes  que no colocaran en riesgo a las transnacionales norteamericanas, así surge las inversiones en Brasil y que dieron inicio al llamado milagro brasileño.

El desarrollo comercial de los países asiáticos y en especial Japón determinó que entraran en el mercado mundial con mucha fuerza y productos más competitivos que los europeos y los norteamericanos y esta nueva realidad perjudicó por parejo a ambas economías, los norteamericanos inician un programa para atraer las inversiones de las familias de los países monárquicos árabes para Estados Unidos y así poder enfrentar los problemas económicos determinados por la entrada de las empresas asiáticas y japonesas en los mercados mundiales.

Situación paralela ocurre con los capitalistas y las  burguesías de los países latinoamericanos quienes antes de los años setenta protegían sus capitales en Estados Unidos y con los golpes de estado y caídas de los gobiernos progresistas y con la consiguiente implementación del sistema económico neoliberal y el militarismo protector de estos sistemas, llevó a estos capitalistas a retirar sus dineros de la banca norteamericana y traerla a sus países de origen para invertirlas más productivamente, dado que los intereses de la banca para los depósitos de dineros eran muy bajos y por lo tanto poco productivos.

Los países monárquicos árabes trasladan paulatinamente sus dineros a inversiones en el propio Estados Unidos en diferentes sectores de la economía llegando estos a ser en la actualidad casi un 15% del total de la economía norteamericana. Esta nueva realidad hizo que los capitalistas norteamericanos y sobretodo la banca dominada en su totalidad por el poder sionista entremezclara los capitales árabes con los sionistas y creará realidades como la vivida con la familia Bin Laden y la familia Bush que tienen inversiones comunes y conjuntas esto se repite en muchas áreas donde los negocios comunes los une por sobretodo.

Esta realidad hace que incluidos en los intereses capitalistas norteamericanos en las transnacionales y el poder bancario sionista, se encuentren integrados los intereses de los países monárquicos árabes, especialmente la familia real saudita, de Qatar y los emiratos árabes.

Por todo lo anterior se puede concluir fácilmente que los intereses comunes se trasladan a todas las áreas, especialmente la política y geopolítica del medio oriente y el mundo entero, los capitales sionistas y los capitales árabes monárquicos tienen intereses comunes y se defienden mutuamente de los “Enemigos Comunes” por esta realidad, es que más allá si se es musulmán o árabe, los intereses comunes van muy alejados de esas variables, la monarquía feudal Saudita y otras del golfo, son aliados tácticos y estratégicos del estado sionista y el norteamericano, por lo tanto nunca habrá unidad árabe ni acción común porque estas monarquías están muy alejadas del mundo árabe e islámico y su accionar se concentra en proteger a la entidad sionista y las inversiones e intereses norteamericanos que son sus propios intereses y ellos son los encargados de aplicar las políticas del estado sionista al interior del mal llamado mundo árabe.

Las conspiraciones sionistas norteamericanas en contra de los pueblos árabes e islámicos son implementadas por las monarquías especialmente dirigidas por la familia saudita. Muchos acusan de traidores a los sauditas, la verdad que nunca traicionaron nada, pues sus objetivos no eran los de los pueblos árabes, por lo tanto, no han cometido traición, si son enemigos de los pueblos árabes y del islam religión que si traicionan, reformandola, utilizándola para fines imperialistas y de destrucción.

La unidad árabe total será siempre un sueño y un deseo, pero las monarquías en la práctica real serán siempre aliados de Estados unidos y de la entidad sionista con quienes tienen verdaderos intereses comunes y estos son muy ajenos a los intereses de los pueblos árabes e islámicos.

La unidad de los pueblos árabes debe ser para luchar contra las monarquías feudales reaccionarias, sacudirse de la explotación y opresión de estos reaccionarios y cambiar esos gobiernos por democracias progresistas y participativas y construir países donde las riquezas sean invertidas para beneficio de sus pueblos y no para financiar capitales norteamericanos y sostener la entidad sionista, cuando esas monarquías dejen de existir la unidad será una realidad y con ello la libertad del pueblo palestino en su tierra y los pueblos árabes en libertad sin explotados ni explotadores, sin oprimidos y opresores y un mundo sin sionismo.

 

 

 

 

Nicola Hadwa. Analista internacional chileno-palestino. Ex entrenador de la Selección Palestina de Fútbol, Director de la Liga Latinoamericana por el Derecho al Retorno y coordinador del Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino de Chile. Especialista en temas principalmente del Medio Oriente. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales.

Silvia Domenech. Investigadora cubana con varios libros publicados. Doctora en Ciencias Económicas y Profesor Titular de la Universidad de La Habana y la Escuela Superior del PCC

 

 

 

 

 

Foto 1: Shalom Israel

Foto 2: AJN

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