«La Guerra del Tiempo: Cómo las Civilizaciones Gestionan la Temporalidad en Contextos de Conflicto»

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La guerra no es solo una cuestión de armas y estrategias militares, sino también de cómo las civilizaciones gestionan la temporalidad.

Nota: Alfonso OssandónDiario la Humanidad – Corresponsalía (Milano – Italia)

El tiempo, de hecho, es un recurso fundamental para toda sociedad, y su gestión puede ser determinante para el éxito o el fracaso de una civilización.

En este artículo, exploraremos cómo las civilizaciones gestionan la temporalidad en contextos de conflicto y cómo esto puede influir en el desenlace de una guerra.  

El Tiempo como Construcción Cultural 

El tiempo no es un concepto universal, sino una construcción cultural que varía de una sociedad a otra.

En Occidente, el tiempo suele percibirse como un recurso lineal y productivo, estrechamente ligado al rendimiento y a la innovación constante.

Esta visión del tiempo está arraigada en la tradición judeocristiana y en el capitalismo industrial, donde el tiempo es dinero y el presente es un «proyecto».  

En contraste, muchas culturas no occidentales tienen una visión del tiempo más cíclica y estratégica. En Oriente, por ejemplo, el tiempo suele verse como un recurso que debe gestionarse con cuidado y paciencia. La cultura china, en particular, posee una larga tradición de pensamiento estratégico que enfatiza la importancia de la gestión del tiempo.  

La Curva de Tensión y Rendimiento 

La gestión del tiempo puede representarse gráficamente mediante la curva de tensión y rendimiento. Esta curva muestra cómo la presión y la tensión pueden influir en el rendimiento de una sociedad. El modelo occidental, acelerado y orientado al rendimiento, opera en la zona alta de la curva, maximizando el rendimiento en períodos breves.

Sin embargo, este modelo es vulnerable al «desfase temporal», es decir, a la incapacidad de adaptarse a los cambios en el contexto temporal.  

En contraste, las culturas no occidentales, como la china, operan en la zona baja de la curva, gestionando la tensión y el rendimiento de manera más estratégica y paciente.

Este modelo permite diluir la tensión en el tiempo, aprovechando los ciclos de agotamiento estructural del enemigo.  

Ejemplos Históricos

La historia ofrece múltiples ejemplos de cómo la gestión del tiempo puede influir en el resultado de una guerra.

La guerra de Vietnam, por ejemplo, fue ganada por los norvietnamitas gracias a su capacidad para gestionar el tiempo y la tensión.

Estados Unidos, en cambio, operó según el modelo occidental, maximizando el rendimiento en períodos breves, pero sin considerar la estrategia a largo plazo.  

Otro ejemplo es la guerra en Afganistán, donde ni la Unión Soviética ni Estados Unidos supieron gestionar el tiempo y la tensión.

Los talibanes, en cambio, actuaron según el modelo no occidental, gestionando la tensión y el rendimiento de manera estratégica y paciente.  

La gestión del tiempo es un recurso fundamental para toda sociedad, y su manejo puede ser determinante para el éxito o el fracaso de una civilización.

Las culturas no occidentales, como la china, ofrecen un modelo alternativo de gestión del tiempo, que enfatiza la estrategia, la paciencia y el manejo de la tensión.

Este modelo puede resultar más efectivo a largo plazo, en comparación con el modelo occidental acelerado y orientado al rendimiento.  

Referencias:

– «La Guerra del Tiempo»* de Sun Tzu  

– «El Arte de la Guerra»* de Sun Tzu  

– «La Historia de la Guerra de Vietnam» de Stanley Karnow  

– «La Guerra en Afganistán» de Ahmed Rashid  

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Corresponsalía Milán / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad

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Imagen: elindependiente.sv

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