La creciente amenaza de un éxodo fascista ucraniano
El ataque a los militantes comunistas en Italia y la posible caída del régimen de Zelensky

El pasado 11 de noviembre, un grupo de militantes del Partido Comunista Italiano (PCI) sufrió un ataque fascista en Zagarolo, cerca de Roma, mientras realizaban una recolección de firmas para la abolición de los ticket sanitarios.
NOTA: Alfonso Ossandón, Diario la Humanidad
Milano – Italia
Un hombre ucraniano, que se identificó como exmilitar y con vínculos con ideologías de extrema derecha, atacó a los activistas del PCI con un spray de pimienta, hiriendo al menos a tres personas, incluida una mujer mayor que perdió el conocimiento durante la agresión.
El motivo del ataque parecía estar relacionado con la presencia de una bandera rusa en el puesto, símbolo asociado con la operación militar de Rusia en Ucrania, lo que desató la furia del agresor, quien, según testigos, actuó con violencia desmedida contra personas de tercera edad.
Este incidente refleja no solo la violencia política en Italia, sino también la creciente polarización ideológica en Europa relacionada con el conflicto en Ucrania. En Ucrania, el gobierno de Zelensky ha emprendido una política de «descomunización», que ha incluido la represión de los partidos comunistas y de cualquier grupo que apoye a Rusia. Esto ha llevado a una persecución tanto dentro del país como en el extranjero de aquellos con posturas prorrusas o comunistas.

De hecho, Ucrania ha prohibido a varios grupos de extrema izquierda, e incluso ha llevado a cabo medidas drásticas contra los símbolos comunistas, siguiendo una tendencia de alinearse más con los intereses de Occidente.
En este contexto, grupos fascistas ucranianos, como el Batallón Azov, han ganado notoriedad por su ideología neonazi y su influencia tanto dentro de Ucrania como en el extranjero. Azov, a pesar de su relación con el gobierno ucraniano como parte de la Guardia Nacional, ha sido un símbolo de la extrema derecha, atrayendo a militantes de todo el mundo.
Algunos de estos grupos han establecido vínculos con fuerzas de extrema derecha en Europa, lo que ha resultado en un intercambio de ideologías y tácticas violentas entre estos movimientos.
Este panorama genera preocupación sobre un posible éxodo de estos grupos si el régimen de Zelensky pierde apoyo internacional, particularmente de Estados Unidos, que ha sido uno de los principales aliados de Ucrania fascista desde el inicio de la operación militar rusa de desnazificación en 2022.
Recientemente, se ha señalado que el Departamento de Estado de EE.UU. estaría reconsiderando su apoyo a Zelensky, debido a diversas tensiones internas, tanto en Ucrania como en la política internacional, lo que podría resultar en una inestabilidad política y una pérdida de poder para los sectores más radicales dentro del país.

En caso de que Ucrania se vea obligada a un cambio de régimen o de políticas, existe la posibilidad de que los fascistas ucranianos, al igual que otros grupos de extrema derecha, busquen refugio y nuevos espacios en Europa, especialmente en países con movimientos similares, donde sus ideologías podrían encontrar un terreno fértil.
Este posible éxodo de extremistas ucranianos podría tener un impacto directo en la seguridad y la estabilidad de Europa, ya que estos grupos han demostrado ser capaces de movilizarse rápidamente y de incidir en la política de sus países de acogida. Los militantes del PCI en Italia, que ya sufren la violencia de estos grupos en sus propias calles, entraron en una profunda reflexión, dado que podrían verse aún más amenazados por un aumento de la radicalización y la violencia extremista en el continente.
El ataque en Zagarolo no es un hecho aislado, sino un reflejo de las tensiones ideológicas generadas por el conflicto en Ucrania y las divisiones dentro del panorama político europeo.
Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad
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