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La Revolución Islámica de Irán, que culminó con la victoria del 11 de febrero de 1979, es uno de los eventos más significativos de la historia moderna del mundo.

Nota: Sumaiah Fátima Rabbani – Diario la Humanidad – Irán

Esta victoria marcó el fin de una monarquía secular y la instauración de la República Islámica de Irán, bajo el liderazgo de Ayatollah Ruhollah Khomeini. El proceso revolucionario no solo transformó la estructura política de Irán, sino que también redefinió su identidad cultural y religiosa, al fusionar elementos de la tradición islámica shía con un modelo político republicano. 

El levantamiento, que comenzó con protestas en 1977, fue el resultado de años de creciente descontento hacia el régimen del Sha Mohammad Reza Pahlavi.

A medida que las tensiones aumentaban, la protesta popular se expandió en todo el país, movilizando a millones de iraníes de diferentes clases sociales y grupos étnicos, que se unieron bajo el lema de la independencia, la justicia social y la autodeterminación. Esta unidad fue esencial para el triunfo final de la revolución. 

El retorno de Ayatollah Khomeini a Irán en febrero de 1979, tras 14 años de exilio, fue un momento crucial. Fue recibido por millones de personas con un fervor sin precedentes. La victoria revolucionaria no solo derrumbó al régimen del Sha, sino que también envió un mensaje claro al mundo: el pueblo iraní había elegido su destino y su soberanía, y lo había hecho bajo los principios del islam, específicamente la interpretación shía que Ayatollah Khomeini promovió a través de su teoría del » Wilayat al-Faqih » (Gobernanza del Jurista Islámico). 

A pesar de las enormes dificultades, incluyendo los intensos esfuerzos de aislamiento y sanciones impuestas por potencias extranjeras, Irán ha mantenido su independencia y resistencia durante más de 46 años.

Las sanciones económicas y políticas, que han sido parte de un intento por debilitar al país, no han logrado doblegar su determinación.

La perseverancia y el compromiso de la nación iraní ante estas adversidades se han convertido en un ejemplo de resistencia y resiliencia para otras naciones que enfrentan desafíos similares. La capacidad de Irán para mantener su estabilidad interna y continuar desarrollándose, incluso bajo presión internacional, ofrece una lección sobre la fortaleza de un pueblo unido por sus ideales y su autodeterminación. 

El difunto presidente iraní, Ebrahim Raisi, con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de la Cumbre BRICS+ – Agosto 2023

Uno de los factores clave en el éxito y la resistencia de Irán ha sido el liderazgo visionario del Ayatollah Ali Khamenei, quien asumió el liderazgo supremo tras el fallecimiento del Ayatollah Khomeini en 1989. La habilidad del Ayatollah Khamenei para navegar por las complejas aguas de la política interna e internacional, mantener la cohesión del país y resistir las presiones externas ha sido fundamental para la estabilidad y el avance de la República Islámica.

Su enfoque pragmático y su capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes, al mismo tiempo que mantiene los principios islámicos como base del gobierno, ha sido un pilar para la perdurabilidad del sistema político iraní. 

El impacto de la Revolución Islámica de Irán se extendió más allá de sus fronteras. Fue vista como un símbolo de resistencia contra la opresión imperialista y el intervencionismo extranjero.

Irán emergió como un nuevo centro de influencia en el Medio Oriente, abriendo el camino para un modelo alternativo de gobierno que, a pesar de sus desafíos internos y externos, sigue siendo una pieza clave en la política global del siglo XXI. 

Funeral de Qasem Soleimani Lider militar asesinado por Estados Unidos en un atentado, Teherán, Irán , el 6 de enero de 2020.

La Revolución Islámica también inspiró a otros movimientos de liberación en el mundo, especialmente en países que enfrentaban regímenes dictatoriales apoyados por potencias extranjeras. Su mensaje de resistencia popular, independencia y autonomía nacional resonó fuertemente, especialmente en una época de creciente globalización y dependencia de potencias extranjeras. 

En resumen, la Revolución Islámica de Irán fue un evento decisivo que no solo cambió la historia de Irán, sino que también dejó una huella profunda en el panorama geopolítico mundial.

Su legado sigue siendo un tema de estudio y reflexión para aquellos interesados en entender las complejidades del poder, la política y la religión en la era moderna.

Además, la resistencia incansable de Irán, incluso frente a obstáculos como las sanciones y la presión internacional, ha demostrado ser una lección de persistencia para el mundo, mostrando que la unidad, la fe y la determinación pueden prevalecer incluso en los tiempos más difíciles. 

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Fuente e Imagen: Masuma Tv – china.mfa.gov.ir – wikipedia – hispantv

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Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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