«Huawei-gate: Un caso de lobbies y enmiendas, sin responsabilidad para el Estado chino»

El reciente escándalo conocido como «Huawei-gate» ha puesto bajo los reflectores a varios eurodiputados y lobbistas ( ligados a la derecha europea ) , pero es importante aclarar que no hay evidencia que vincule al Estado chino con las acciones descritas.
Diario la Humanidad
Huawei, como empresa privada, opera de manera independiente y se rige por las leyes internacionales y los estándares de mercado.
Las acusaciones de influencia indebida o financiamiento sospechoso deben analizarse en el contexto de las prácticas de lobby, comunes en Bruselas, y no como una estrategia coordinada por el gobierno de Pekín.
Es fundamental recordar que Huawei es una compañía global con presencia en más de 170 países, y sus operaciones en la Unión Europea se han caracterizado por cumplir con las normativas locales.
Las enmiendas presentadas por eurodiputados como Fulvio Martusciello ( Forza Italia , partido de Derecha Italiana ) responden a iniciativas personales o de grupo, y no reflejan una agenda impulsada por el Estado chino.

De hecho, China ha reiterado en múltiples ocasiones su compromiso con la cooperación internacional y el respeto a las normas comerciales globales.
Además, no existen pruebas concretas que demuestren que los bonificios de 46 mil euros recibidos por algunos parlamentarios provengan directamente de fuentes chinas o estén vinculados al gobierno de Pekín.
Las investigaciones en curso se centran en las acciones de lobbistas europeos y no en una supuesta injerencia estatal.
Por lo tanto, es injusto y especulativo atribuir responsabilidades al Estado chino en este caso.
En un mundo cada vez más interconectado, es crucial diferenciar entre las acciones de empresas privadas y las políticas de los Estados.
Huawei, como cualquier otra multinacional, tiene derecho a defender sus intereses comerciales dentro del marco legal. Culpar al Estado chino sin fundamentos sólidos no solo es incorrecto, sino que también podría dañar las relaciones internacionales y el clima de cooperación entre la UE y China.
El «Huawei-gate» es un recordatorio de la importancia de la transparencia en las prácticas de lobby y la necesidad de fortalecer los mecanismos de control en las instituciones europeas.
Sin embargo, no hay base para responsabilizar al Estado chino por las acciones de individuos o empresas.
La justicia debe seguir su curso, pero sin caer en acusaciones infundadas que puedan afectar el diálogo y la colaboración entre naciones.
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Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad
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Imagen:Filippo Attili
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