Mattarella a China
¿Diplomacia o Juego de Tronos Geopolítico?
A invitación del presidente chino Xi Jinping, el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, realizará una visita de Estado en China del 7 al 12 de noviembre.
NOTA: Corresponsalía Milano, Diario la Humanidad
Milano – Italia
Esta visita, en un contexto global cada vez más complejo, podría tener implicaciones tanto para las relaciones bilaterales entre Italia y China como para el delicado tablero geopolítico europeo y global.
La reciente visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a China en julio de 2024 ya había dado algunos indicios sobre la postura de Italia en relación con Beijing. En esa ocasión, Meloni destacó la importancia de la diplomacia china en crisis internacionales como la de Ucrania, y mencionó la conveniencia de que la China no apoyara la capacidad industrial rusa.
Además, se refirió al «rol dirimente» que China podría jugar en el Medio Oriente, gracias a sus sólidos lazos con países como Irán y Arabia Saudita.
Durante esta visita de Meloni, también se consolidaron algunos acuerdos en áreas clave como las energías renovables, las tecnologías verdes, la agricultura y la seguridad alimentaria, aunque sin avances concretos en temas espinosos como la importación de carne porcina italiana a China o la apertura de fábricas de autos eléctricos chinos en Italia. La visita de Meloni marcó un tono de apertura y cooperación, pero también mostró las complejidades de equilibrar relaciones con una China que sigue siendo tanto una oportunidad de mercado como un actor geopolítico desafiante.
Con la próxima visita de Mattarella, el contexto ha cambiado aún más. Mientras la guerra en Ucrania sigue siendo un punto caliente, en los EE. UU. ya se conoce al ganador de las elecciones: Donald Trump, con Elon Musk como su aliado clave. Este dúo tiene implicaciones directas para el sector automotriz, y en particular para las estrategias comerciales de Musk en Europa, incluida Italia. Musk, cuyo mercado de vehículos eléctricos está en expansión, ve en Europa un terreno prometedor para sus productos, mientras que las políticas de Trump podrían influir en el comportamiento de los mercados globales.
En este escenario, el presidente Mattarella, con su vasta experiencia en diplomacia y negociaciones, tendrá la tarea de gestionar las tensiones existentes y calmar las aguas en Europa, que aún se encuentran en una situación delicada debido a las sanciones a Rusia y la relación con el bloque occidental liderado por EE. UU.
Durante los tres años pasados, los gobiernos europeos, en su mayoría, apoyaron el financiamiento a ciertos grupos en Ucrania, algunos de los cuales estuvieron involucrados con intereses de fondos como BlackRock, lo que generó fricciones internas.
La visita de Mattarella, en este contexto, podría verse como una oportunidad para Italia de reafirmar su postura pragmática frente a China, buscando beneficios comerciales mientras navega las aguas turbulentas de la política exterior europea. Sin embargo, con la situación en Ucrania aún sin resolverse y la creciente influencia de actores como Trump y Musk, Italia tendrá que equilibrar cuidadosamente su relación con China para evitar quedar atrapada en un juego geopolítico cada vez más complejo.
En resumen, mientras Meloni se centró en la diplomacia directa y la cooperación económica con China, Mattarella podría ser el encargado de dar pasos más estratégicos y manejar las tensiones internas de Europa, actuando como un moderador entre los intereses de Italia y las presiones internacionales.
Sin embargo, será interesante observar si, bajo su liderazgo, Italia puede evitar convertirse en un peón de las potencias globales que luchan por el control del futuro económico y político del mundo.
Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad
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