La guerra invisible: bombas nucleares de los submarinos de Israel en el Golfo Pérsico para destruir a Irán
El polémico jázaro Thomas Friedman(TF), confidente de Biden, emitió un canto de canario ante la falta de oxigenación de una salida geopolítica en las minas de Medio Oriente: Israel está a punto de cometer un grave error
Nota: Alfredo Jalife-Rahme – Analista internacional, médico, profesor, conferencista y periodista – México
TF nunca ha sido demonio de mi devoción debido a su postura sectaria pro-israelí y libanófoba, que plasmó en su libro propagandístico De Beirut a Jerusalén, que causó repulsión en los mundos árabe e islámico.
En su artículo en el NYT, TF envía los mensajes de Biden a su correligionario Netanyahu, donde resalta que las tres superpotencias EU, Rusia y China pudieran todas (sic) ser atraídas directa o indirectamente
a una confrontación.
Llama la atención la obsesión de TF en implicar a Irán y a sus aliados
en una guerra misilística a gran escala con Israel
y muy posiblemente (sic) directamente entre Israel e Irán
.
La distancia de Tel Aviv a Teherán es de mil 915 kilómetros. Israel no tiene frontera directa con Irán y su omnipotente fuerza aérea, con los mejores pilotos del mundo, tendría que sobrevolar varios países árabes (Jordania, Arabia Saudita e Irak) para arrojar a Irán sus clandestinas bombas nucleares –entre 90 y 400, dependiendo de quién haga las estadísticas.
Israel goza de canonjías celestiales, ya que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) ni es objeto de las selectivas inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica en su famosa planta nuclear de Dimona, en el desierto de Néguev, en flagrante contraste con Irán, firmante del TNP, que es objeto de implacables inspecciones máximas.
Viene una frase clave de TF, que adelanté en uno de mis videos: Israel posee submarinos armados de misiles que probablemente (¡mega sic!) se encuentran ahora en el Golfo Pérsico
. Le faltó agregar que tales misiles están dotados de armas nucleares que pueden destruir la infraestructura vital de Irán, como expresó sin rubor su ministro de Economía, Nir Barkat, aliado del atribulado premier Netanyahu, del partido Likud, al advertir ominosamente que los ayatolas de Irán serían borrados de la faz de la Tierra
si la milicia libanesa Hezbolá ataca a Israel.
¿Podrá EU –cuya quinta flota tiene su base en Baréin, en el Golfo Pérsico – impedir el lanzamiento de destructivas bombas atómicas de Israel contra Irán?
Los submarinos israelíes están dotados de armas nucleares, mientras Irán posee entre nueve y 27 submarinos sin armas nucleares basados en el puerto Bandar Abbas, en el estrecho de Ormuz.
Hasta la dupla Obama/Biden se mofó de la mendacidad de Netanyahu, quien alucinó que Irán posee armas nucleares.
¿Se encontrarán algunos submarinos iraníes frente a las costas de Siria y Líbano, aunque sus misiles sin armas nucleares pueden causar considerable daño a la infraestructura de Israel y quizá hasta su planta nuclear de Dimona?
Más allá de la cantada extinción de Gaza, Netanyahu también amenazó borrar del mapa a Líbano.
En fechas recientes, cuando visité Irán, pregunté el número de judíos
ahí radicados, a los más altos niveles del gobierno y a los propios miembros de la comunidad judía: me contestaron que eran alrededor (sic) de 20 mil
. Lo real es que su número es muy fluido dependiendo de quien haga las estadísticas: en vísperas de la revolución Islámica de 1979 había 80 mil, cuando se fugaron los pudientes aliados del Sha; PBS calculaba 15 mil en 2018 y la televisora israelí i24News hace un año calculó su número entre 9 mil y 15 mil.
Nadie en el gabinete israelí –a quien no le importan las vidas civiles en la antigua Palestina
, Líbano e Irán– parece tampoco tomar en cuenta la vida de los alrededor
de 20 mil judíos que viven en Irán.
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