...¡y entonces los rusos derrocarán a Putin! (por Dmitry Orlov)

Desde el comienzo mismo de la Operación Militar Especial para Desmilitarizar y Desnazificar Ucrania (SMODDU), la propaganda occidental promovía a todo trapo la tesis sobre la completa inevitabilidad de una revolución en Rusia y el derrocamiento del temible dictador Putin.

Dmitry Orlov- Escritor / ensayista, ingeniero, lingüista, marinero – Analista político Internacional- ruso-estadounidense

Este resultado se presentó como intuitivamente obvio: los rusos pobres y desesperados, tan pronto como se vean privados del acceso a McDonald’s, Netflix y los videojuegos, se levantarán y derrocarán a Putin.

Cuando eso no sucedió, la propaganda occidental profetizó el inevitable colapso del ejército ruso tras la retirada rusa de Kiev, luego de Jarkov y luego de Kherson. Los valientes discípulos del colaborador genocida nazi Stepan Bandera, después de haber recibido todo tipo de armas occidentales, estaban a punto de comenzar a tomar una ciudad rusa tras otra, ciudades que estaban siendo abandonadas por los rusos en retirada. Y entonces los rusos derrocarán a Putin.

Cuando eso no sucedió, el siguiente tropo saludable, propuesto de manera totalmente independiente por los medios occidentales orgullosamente independientes, fue que la contraofensiva ucraniana, lanzada en el verano de 2023, decidiría el resultado de la guerra. Las columnas de tanques ucranianos, equipadas con los mejores (o al menos los más caros) tanques del mundo, irrumpirían en Crimea… y entonces los rusos finalmente derrocarían a Putin.

Después de varios meses de feroces batallas por el control de la pequeña aldea de Pyatikhatki (el nombre significa “cinco chozas” en el dialecto local) y la demostrada impotencia de los discípulos de Bandera para arrollar, y mucho menos romper, las líneas defensivas rusas. Los periodistas occidentales comenzaron a despotricar entre dientes sobre un punto muerto en el frente que duraría para siempre… o al menos hasta que los rusos finalmente derrocaran a Putin. La lógica allí era simplemente mágica: dado que los discípulos de Bandera no pueden atacar, ¿Dónde deja eso a los rusos? Esto implica automáticamente que, ipso facto, hay un punto muerto en el frente. Aunque lo absurdo de este razonamiento es obvio, también lo fue la conclusión inevitable: Putin va a ser derrocado.

**La masacre de tanques occidentales en Ucrania** – SANA

Durante toda esta primavera, la maquinaria propagandística de los medios de comunicación occidentales, cuyo poder envidiaría el propio Goebbels, ha estado lanzando furiosamente una idea primitiva: a menos que el Congreso vote urgentemente una gran cantidad de dinero para donar al complejo militar-industrial estadounidense, la secta Bandera será derrotada… para finales de 2024. Y… ¿los rusos finalmente derrocarán a Putin? Parece que los propagandistas occidentales han perdido el rumbo.

Quizás quedaron debidamente impresionados por el hecho de que Putin recibiera el 87,28% de los votos con una participación récord del 77,49%.

Pero no deberían haberlo hecho: los idiotas que han estado aceptando el tropo de “los rusos derrocarán a Putin” hasta ese momento no habrían notado nada extraño, sin importar lo que precedió al inevitable “…y luego los rusos derrocarán a Putin”. coda.

¡Pero ahora el estribillo principal de toda la campaña de propaganda en Ucrania ha desaparecido! ¡Algo debe haberse acurrucado y muerto dentro de la máquina de propaganda occidental!

Los propagandistas necesitan pensar más rápido, más intensamente y más profundamente sobre qué decir a continuación. Me gustaría ayudarlos, ya que, yo ya tengo claro cuál debería ser su próxima narrativa:

“Los banderistas todavía están retrocediendo y perdiendo aldeas, ciudades y pueblos porque el dinero que se votó para los oligarcas estadounidenses fue muy poco y demasiado tarde, y eso fue culpa del gran Trump, el mejor amigo de Putin, quien, por cierto, está a punto de ser derrocado por los rusos; no pregunten por qué, simplemente necesitamos meter esa frase de lado porque queremos comer y tenemos que pagar el alquiler y los oligarcas sólo nos pagan por escribir tonterías absolutas, además sabemos que “Tienes tanto miedo de que tus estúpidos vecinos y colegas te tachen de ‘prorrusos’ que pretenderás creer todo lo que escribimos”.

El camino a seguir también lo tengo claro. A medida que la política interna estadounidense se calienta, será hora de comenzar a equiparar a Putin con Trump, y luego, eventualmente, eliminar a Putin de la ecuación y simplemente concentrarse en el nuevo estribillo: “…y entonces los estadounidenses derrocarán a Trump”.

El presidente estadounidense Joe Biden – Foto: Reuters

También tengo una sugerencia sobre lo que los hackers de los medios occidentales podrían escribir si alguna vez, aunque fuera por un solo momento, loco y brillante, decidieran escribir algo cierto:

“Un millón de personas han muerto por absolutamente nada, sólo porque el gobierno de Estados Unidos había decidido apoyar a los nazis ucranianos”.