Italia reprime solidaridad con Palestina y ataca a voces disidentes bajo clima de censura ideológica
 
                Italia, un país que se presenta como pilar de la civilización europea, atraviesa una fase crítica de deterioro democrático.
Nota: Diario La Humanidad – Alfonso Ossandón – Corresponsalía Milano- Italia
En un ambiente político marcado por la intolerancia y el endurecimiento del discurso oficial, se han intensificado en los últimos meses las acciones represivas contra quienes se expresan a favor del pueblo palestino, incluidos activistas, periodistas, artistas y hasta altos funcionarios internacionales.
El caso más reciente y emblemático es el del chef y comunicador Gabriele Rubini, conocido como Chef Rubio, una de las voces más visibles en Italia en apoyo a la causa palestina. El pasado 17 de julio, agentes de la sección antiterrorismo de la policía irrumpieron en su domicilio para incautar sus dispositivos electrónicos, en el marco de una investigación por “odio racial” relacionada con dos publicaciones en la red X donde criticaba la política del Estado de Israel.

El operativo ha sido calificado por numerosas voces como una medida desproporcionada y abiertamente política.
Rubini ya había sido víctima de violencia física en 2024, cuando un grupo de seis hombres armados con martillos lo atacó cerca de su casa. A pesar de la gravedad de aquel hecho, las autoridades no avanzaron en la investigación. En cambio, ahora lo tratan como un objetivo del aparato de seguridad del Estado por ejercer su derecho a la expresión crítica.
Esta ofensiva no se limita a figuras del ámbito nacional. La relatora especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, ha sido objeto de una campaña sistemática de desprestigio en medios italianos, que la acusan de parcialidad y de actuar como portavoz de Hamás, simplemente por denunciar de forma documentada los crímenes cometidos contra la población civil palestina en Gaza.

Diversos medios —incluidos Corriere della Sera y La Repubblica— han contribuido al linchamiento mediático de Albanese, ignorando su mandato internacional y desacreditando su trabajo con etiquetas ideológicas.
A nivel local, periodistas y comunicadores que no reproducen fielmente el relato oficial sobre el conflicto en Medio Oriente o la guerra en Ucrania han sido blanco de amenazas y presiones, muchas veces promovidas por grupos radicales de extrema derecha vinculados a la diáspora ucraniana en Italia. Estas agrupaciones actúan con notable libertad en el territorio italiano, sin una respuesta clara por parte del gobierno ni protección efectiva para quienes son objeto de hostigamiento.
El fenómeno va más allá del antisemitismo instrumentalizado. Lo que se está configurando en Italia es una estructura de censura sistemática, que transforma la solidaridad con Palestina en motivo de sospecha o persecución. Organizaciones de derechos humanos, académicos y personalidades del ámbito cultural han señalado que el país atraviesa una peligrosa regresión democrática, comparable en algunos aspectos a los años de plomo de la Italia de los 70, o incluso a prácticas de represión ideológica que marcaron a dictaduras latinoamericanas del siglo pasado.
En este contexto, la cancelación del concierto del director ruso Valeri Guérguiev, víctima también de una campaña de presión y desprestigio mediático, se inscribe en un patrón más amplio de exclusión cultural impulsado por motivos geopolíticos. La acusación pública formulada por el embajador ruso en Roma, Sergey Razov, quien alertó sobre una “ruptura cultural total” de Italia con la pluralidad de pensamiento, refleja la gravedad del momento que atraviesa la sociedad italiana.
Más allá de las afinidades ideológicas o posiciones geopolíticas, lo que está en juego en Italia es el derecho a disentir, a expresar solidaridad con pueblos bajo ocupación, y a preservar un espacio público en el que la cultura y el pensamiento no estén subordinados a la lógica del alineamiento militar o diplomático.
Italia, al criminalizar la defensa de los derechos del pueblo palestino y al permitir la difamación de expertos de la ONU, se distancia cada vez más de los principios que dice defender en los foros internacionales.
La pregunta ahora es si la comunidad europea y global seguirá en silencio mientras uno de sus miembros normaliza la censura como herramienta de gobierno.
.
Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad
.
.
.
Por favor, comparte nuestros artículos en tus redes sociales, con amigos, en grupos y en páginas. ¡De esta manera la gente podrá alcanzar un punto de vista alternativo al implantado por occidente sobre los acontecimientos en el mundo!
.
Te recomendamos leer:
.
.
Imagen: Photo Claudio Furlan/Lapresse) – democracynow
Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.
.
.
 
                       
                       
                      


