¿Existe el riesgo de que Kamala Harris se “ablande” en política exterior?

Nota Alastair Crooke: Las estrategias de política exterior de Estados Unidos no se discuten ampliamente en público y los estratos gobernantes las consideran vitales y esenciales.

Diario La Humanidad – Información de Primera

Tiempos extraordinarios: Biden renuncia a su candidatura electoral en una breve publicación el domingo por la tarde; se refugia en un silencio que finalmente se rompe con una «larga despedida» pronunciada desde la Oficina Oval. El personal de Biden no se enteró de su renuncia hasta un minuto antes de que se publicara su carta. Luego, Internet fue fulminado por CrowdStrike , y el jefe del Servicio Secreto de los EE. UU. da cuenta del intento de asesinato de Trump que deja a ambos lados del pasillo en el Congreso horrorizados por la aparente incompetencia, o planteando algo «peor».

Todos quedan tambaleándose.

Con todos los flujos de información de los medios contaminados y sin «alguien creíble» que explique lo que está sucediendo, nos vemos completamente empujados hacia el «exterior». Por ahora, es imposible orientarse. Los medios de comunicación se centran cada vez más en una sola cosa:

«Déjennos pensar por ustedes. Déjennos ser sus ojos y sus oídos. Conviertan nuestras nuevas palabras y frases en su lenguaje. Las explicaciones e hipótesis que se ofrecen parecen tan poco convincentes que evocan más bien un intento deliberado de desorientar al público y de aflojar su control sobre la realidad».

Sin embargo, aunque la esencia del conflicto interno de Estados Unidos sigue oculta, se ha descorrido un velo sobre el funcionamiento del Estado profundo: se entiende ampliamente que la destitución de Biden fue planificada –tras bambalinas– por Barack Obama. Pelosi fue la “ejecutora” (“ Podemos hacer esto [la destitución de Biden] de la manera fácil –o de la manera difícil’ ”, advirtió Pelosi al círculo de Biden).

Rod Blagojevich (que conoce a Obama desde 1995) explica la esencia de lo que está sucediendo en el Wall Street Journal :

“Nosotros [él y Obama] crecimos en la política de Chicago. Entendemos cómo funciona: los jefes por encima del pueblo. Obama aprendió bien las lecciones. Y lo que acaba de hacerle a Biden es lo que los jefes políticos han estado haciendo en Chicago desde el incendio de 1871: elecciones disfrazadas de elecciones. Obama y yo conocemos este tipo de política de Chicago mejor que nadie. Ambos nos levantamos en ella y yo me arruiné por ello”.

“Aunque los jefes demócratas de hoy pueden parecer diferentes a los antiguos tipos que fumaban puros y llevaban un anillo en el dedo meñique, operan de la misma manera: en las sombras de la trastienda. Obama, Nancy Pelosi y los ricos donantes –las élites de Hollywood y Silicon Valley– son los nuevos jefes del Partido Demócrata de hoy. Ellos toman las decisiones. Los votantes, en su mayoría trabajadores, están ahí para que se les mienta, se les manipule y se les controle”.

“Durante todo este tiempo, Biden y los políticos demócratas han estado afirmando que la carrera presidencial de este año tiene como objetivo “salvar la democracia”. Son los mayores hipócritas de la historia política estadounidense. Han maniobrado con éxito para deshacerse de su candidato elegido legítimamente para presidente… La incapacidad de Biden para presentarse a la reelección hoy no ocurrió por casualidad. Los demócratas lo han estado encubriendo durante mucho tiempo. [Sin embargo, después del] debate presidencial de junio, Obama y los jefes demócratas ya no pudieron ocultar su condición. Se acabó el juego y Joe tuvo que irse”.

“La Convención Nacional Demócrata que se celebrará en Chicago el mes próximo será el escenario y el lugar perfectos para que Obama termine su trabajo y elija a su candidato, no al candidato de los votantes. Democracia, no. Política de jefes de distrito de Chicago, sí”.

Bueno, parece que Kamala Harris –que nunca ganó una primaria– está nuevamente a punto de eludir el proceso de primarias mediante una aclamación orquestada, que según los rumores está coordinada por la familia Clinton, mientras que la familia Obama (los capos de la mafia política de Chicago) están en contra de ella y se enfurecen en silencio.

¿Ya está hecho? ¿Será Kamala Harris la candidata demócrata?

Tal vez sea así, pero si se produjera una crisis internacional importante (por ejemplo, en Oriente Medio o con Rusia), es posible que las cosas cambiaran.

¿Cómo es eso?

Para llegar a donde está Harris, “ pasó de ser una fiscal de distrito en California que luchaba con mano dura contra el crimen a ser una figura de extrema izquierda”, dijeron los delegados de California en el RNC a The American Conservative :

“Ella y Gavin Newsom, al planificar su ascenso a través del Partido Demócrata en 2024, intentaron seguir virando hacia la extrema izquierda. Tuvieron que ser los más extremistas en materia de delincuencia, aborto, diversidad, equidad e inclusión, frontera abierta, política económica e impuestos a nivel de confiscación. Eso realmente no funciona bien en la mayor parte del país”.

Harris también se ha diferenciado de la política exterior de Biden al mostrarse explícitamente más comprensiva con la difícil situación de los palestinos de Gaza.

Sin embargo, las estrategias de política exterior de Estados Unidos no se discuten públicamente y los estratos gobernantes las consideran vitales y esenciales. El electorado no estará al tanto de cuáles son esos enredos a nivel estructural, ya que involucran secretos de Estado. Sin embargo, gran parte de la política estadounidense se sustenta en este fundamento «menos divulgado».

¿Harris se comprometerá con estos fundamentos de las estructuras de política exterior (es decir, la Doctrina Wolfowitz)? ¿Se mostrará blanda con respecto a las estructuras en un deseo de inclinarse hacia el ala progresista del Partido Demócrata con respecto a Gaza? ¿Se volverá partidaria y romperá el canon bipartidista (que ya está bajo presión)?

No hay que tener en cuenta el aspecto del blanqueo de dinero en los gastos de política exterior. Lo importante es que no se puede permitir que nadie se muestre blando con estas políticas y tratados de los que el «mundo libre» depende estructuralmente ahora y lo ha hecho durante décadas. Esa es la postura del Estado profundo.

No será bien recibida en Estados Unidos si Harris se «ablanda». En el discurso de Netanyahu ante el Congreso quedó claro que el consenso bipartidista de larga data en favor de Israel se ha erosionado. Esto preocupará a los grandes de la política exterior.

“El único elemento que ha mantenido la resistencia de la relación con Israel es el bipartidismo ”, dijo Aaron David Miller, ex negociador en Oriente Medio y asesor de gobiernos republicanos y demócratas. “Eso está bajo una presión extrema”. Y agregó: “Si tienes una opinión republicana y dos o tres opiniones demócratas sobre lo que significa ser pro-Israel, la naturaleza de la relación va a cambiar”.

Netanyahu era evidentemente consciente de ese riesgo. Durante todo su discurso adoptó un tono marcadamente bipartidista, y sin duda fue una demostración magistral de su sensibilidad hacia la psiquis política estadounidense. Tocó los puntos clave y se adaptó cuidadosamente a un discurso y una estructura de «Estado de la Unión».

Por supuesto, hubo disidentes, pero Netanyahu cautivó a la audiencia con su gran tema de la “encrucijada de la historia ”, que retrataba al “Eje del Mal” de Irán enfrentado a Estados Unidos, Israel y sus aliados árabes. Y consolidó su influencia sobre gran parte de esa audiencia prometiendo que –juntos– Estados Unidos e Israel prevalecerán: “Cuando nos mantenemos unidos, sucede algo muy simple: nosotros ganamos, ellos pierden. Y, amigos míos”, prometió, “ nosotros ganaremos”.

Fue una repetición del meme «Israel es Estados Unidos y Estados Unidos es Israel».

Así pues, las cuestiones de política exterior con respecto a la candidatura de Harris son dos: en primer lugar, ¿podría Harris –como posible candidata presidencial– optar por derribar, debilitar o exponer los «datos» de la política exterior que pesan sobre ella a los ojos del establishment?

Y en segundo lugar, ¿cuál debería ser la postura de los panjandrums del Estado Profundo si surgiera una crisis internacional grave en el futuro cercano?

Seguramente surgirá un clamor para que una persona con experiencia en política exterior tome el timón, cosa que Harris no hace. Sería una calamidad si alguien sin experiencia en política exterior derribara ciertas «estructuras» políticas de las que depende gran parte de la política estadounidense.

¿Obama está entonces esperando el momento para insertar su elección final como la nueva figura del Partido (como sospechan los asistentes a la Convención Republicana), o está convencido de que Harris no prevalecerá en noviembre y, como estadista veterano del partido, preferiría recoger los pedazos del Partido –una vez que haya quedado hecho– y moldearlo a su gusto?

Para que quede claro, Netanyahu pretende comenzar a generar una crisis internacional durante su visita a Washington. Por supuesto, el «gran tema» de Netanyahu se abordará en silencio, lejos de la mirada pública. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha convocado una reunión privada con Netanyahu junto con algunos de los más influyentes megadonantes republicanos y personajes de poder político.

Netanyahu ha dejado constancia de que el 7 de octubre ha evolucionado hasta convertirse en una guerra contra Israel desde todos los puntos cardinales, y que Israel necesita el apoyo y la asistencia práctica del “mundo libre”… “en un momento en que está más brutalmente demonizado que nunca”.

Mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel se enfrentan diariamente a Hezbolá, es evidente que no lo han desmantelado ni disuadido, y eso significa que Israel no puede vivir con «ejércitos terroristas» que se dedican abiertamente a la destrucción de Israel y están acampados en sus fronteras y cerca de ellas, se queja Netanyahu.

Esto constituye «la crisis inminente»: la posible operación militar israelí en el Líbano para expulsar a Hezbolá de la frontera. Según se informa, Estados Unidos ya se ha comprometido a brindar un apoyo limitado a este objetivo militar.

Pero Netanyahu también insiste en que Israel necesita el apoyo y la asistencia práctica del «mundo libre» «para contrarrestar al régimen que se encuentra en el centro de la amenaza existencial: Irán» . ¿Qué pasaría si Irán interviniera en el Líbano en respuesta a un ataque israelí masivo? Netanyahu lo describe como una «guerra de bárbaros» que viene a por la civilización occidental, y que viene tanto por Estados Unidos como por Israel.

El reciente ataque israelí al puerto de Hodeida en Yemen –al menos en parte– puede ser visto como un avance israelí para mostrar al mundo occidental que Israel es capaz de enfrentarse a adversarios a larga distancia (1.600 kilómetros) y exhibir su propia capacidad de reabastecimiento en vuelo para una gran falange de aeronaves. El ataque infligió graves daños al puerto. El mensaje fue claro : si Israel puede hacer esto en Yemen, puede (teóricamente) atacar también a Irán.

Por supuesto, atacar a Irán es una propuesta completamente diferente, y es por eso que Netanyahu está buscando el apoyo de Estados Unidos.

Hay una fotografía de Netanyahu y su esposa a bordo del Wing of Zion (el nuevo avión del Estado israelí) con una gorra de béisbol estilo MAGA en el escritorio junto a él, solo que es azul, no roja, y está blasonada con dos palabras: “ Victoria Total” .

“La victoria total” es claramente la victoria conjunta de Israel y Estados Unidos en la lucha contra el eje del mal de Irán:

¿Estados Unidos está de acuerdo? ¿O los círculos de política exterior de Estados Unidos están tan distraídos por los extraordinarios acontecimientos sucesorios que se están produciendo en Estados Unidos y Ucrania que las élites no pueden, al mismo tiempo, prestar atención a la “ encrucijada de la historia ” de Bibi?

Ya veremos.

Nota: Alastair Crooke: Ex diplomático británico, fundador y director del Foro de Conflictos con sede en Beirut.