El horror que ocultan en Ucrania
La caravana antifascista vuelve otro año a la región de Donbás, a casi 9 años de guerra entre la repúblicas separatistas y el gobierno ucraniano apoyado por la OTAN y un año después del inicio de la intervención rusa en el conflicto.
Nota: Guillermo Quintero – Donbas – Diario La Humanidad
Después de un largo y complicado viaje, un año más se reúnen diferentes integrantes de diferentes países, con la intención de ver en primera persona lo que está pasando a este lado del conflicto.
“No podemos competir con los medios de comunicación, pero queremos hacer un pequeño contrapeso y contar que no todas las personas en Europa están de acuerdo con esta guerra, nosotros somos trabajadores, no queremos que con el dinero de nuestros impuestos se compren las armas para matar a la gente aquí”.
Dice David Caccione, de la banda Basotti, qué impulsó la caravana anti fascista desde el inicio del conflicto en 2014.
La primera parada
La primera parada de la caravana, es en Stakhanov, en uno de los orfanatos con los que colabora la caravana desde el primer viaje en la región de Lugansk.
Entregan juguetes y ayuda para los niños. En éste orfanato los niños estudian, tienen una biblioteca y salas de juegos. Uno de nuestros acompañantes, que es de la región, nos cuenta “en una de las ocasiones que vinimos a este orfanato, nos encontramos con los niños y me llamó la atención que uno de ellos, solo se movía alrededor de las paredes, al principio pensamos que se trataba de un juego, pero después averiguamos que durante los bombardeos en la región, el niño tenía que permanecer escondido por meses en un sótano y que seguía aterrorizado por las bombas, y esto le condicionaba a moverse evitando las puertas y las ventanas pegado a las paredes. Este niño creció y afortunadamente consiguió superar estos traumas, actualmente ya es un joven”.
David le responde: “estos son los niños que hemos venido a ayudar, porque los niños son nuestro futuro”.
En la ciudad de Lugansk, hay un encuentro con Victoria Alexandrova, representante de la organización de derechos humanos, ella se mantiene al tanto y nos cuenta: “tenemos informes muy detallados con pruebas sobre las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, que son perpetrados constantemente por las tropas ucranianas”.
“En enero han habido muchas víctimas civiles, cerca de 900 muertos, entre ellos unos 30 niños”,
Victoria Alexandrova, representante de la organización de derechos humanos
“todo esto ha sido muy bien documentado, hemos recopilado las pruebas y lo hemos entregado al representante de Naciones Unidas, nunca hemos tenido una respuesta más allá de que lo han recibido, como si las víctimas de aquí no importan.”
“Con las entregas de armamento más moderno y de mayor alcance al ejército ucraniano, se han aumentado los ataques y las víctimas”.
La caravana también pasa por un cementerio donde se encuentran alrededor de unas quinientas víctimas aún sin identificar, en su gran mayoría son personas que murieron en 2014.
Stefan Natke, otro miembro de la caravana y representante del DKP de Berlín, expresa que: “La gente ya no se siente representada en gobiernos que en vez de escuchar a sus ciudadanos, o por lo menos actuar de manera lógica, siguen sin cuestionarse el guión marcado por los Estados Unidos y la OTAN.”
“El fin de semana de la semana pasada, hubo manifestaciones en Berlín en contra del apoyo militar por parte de la Unión Europea para la guerra, con alrededor de 50 mil personas. El movimiento por la paz empieza a tomar fuerza en toda Europa,”
Stefan Natke
“Es inexplicable cómo después del atentado contra el gasoducto Nort Stream II, que abastecería con gas ruso a Alemania y al resto de Europa, en vez de ser un escándalo con muchas consecuencias… De repente, de manera inexplicable, ya no le interesa a nadie de este gobierno la pérdida de alrededor de 2.000 millones de euros, parece que no ha pasado nada.”
El horror que no se quiere mostrar
El viaje es muy accidentado, pasando por innumerables lugares civiles bombardeados, en la era de las bombas inteligentes, dirigidas por satélite con la más alta tecnología. La caravana contempla residencias de estudiantes, hoteles, hospitales, teatros, tiendas y mercados, que han sido blancos de la artillería ucraniana a lo largo de todo el camino.
Cuando la Caravana pasa junto a una vieja mina que tiene un estrella roja, nos cuentan: “los ucranianos la atacaron con artillería, queriendo destruir la estrella, dañando toda la infraestructura de la fábrica pero dejando la estrella en pie, este odio por lo símbolos soviéticos, está muy arraigado por estos grupos neo nazis”.
Al volver a la ciudad de DONETSK, la caravana encuentra una ciudad bastante afectada por el recrudecimiento de los ataques, el hotel de los periodistas ha sido atacado en dos ocasiones, el hospital es constantemente bombardeado y nuevamente aparece el riesgo de las bombas que dispersan pequeñas granadas trampa, que en los días nevados se vuelven imposibles de detectar.
El sonido de la artillería es constante durante la noche, pero ahora también lo es durante el día.
Cuando preguntan a los miembros de la caravana respecto a si tienen miedo del riesgo de moverse entre las bombas, casi todos responden lo mismo: “nosotros estamos de paso, la gente que vive aquí no tiene otra alternativa”.
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Imagenes: Guillermo Quintero – Donbas
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