África: por una redención descolonizadora

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Entrevista con Luciano Vasapollo :: Cuando los imperios están en decadencia desencadenan las mil formas del keynesianismo militar para darse continuidad a sí mismos

Diario La Humanidad – Información de Primera

La guerra militar, según Vasapollo, es la expresión, digamos, típica del fin de los imperios: cuando están en decadencia desencadenan las mil formas del keynesianismo militar para darse continuidad a sí mismos.

Lo llamaron golpe de Estado, pero yo diría que fue simplemente una readquisición de soberanía por parte del Pueblo de Níger, que echó abajo a un gobernado títere querido por Macron.

Así comenta el golpe de Estado en Níger el profesor Luciano Vasapollo, decano de Economía de la Universidad La Sapienza, cofundador del capítulo italiano de la Red en Defensa de la Humanidad y asesor histórico en cuestiones de desarrollo de los gobiernos de Cuba y Venezuela, en conversación con Faro di Roma.

El pueblo de Níger, subraya Vasapollo, está recuperando su soberanía. Y registro por parte del nuevo gobierno una postura fuertemente anticolonialista, evocando las palabras de las grandes revoluciones latinoamericanas, discursos con el valor de la patria y el principio de autodeterminación en primer plano.

La gran manifestación popular a favor del nuevo gobierno del Níger presidida por Abdourahmane Tchiani, antiguo jefe de la guardia presidencial de Níger, nombrado jefe de un gobierno de transición en el Estado de África Occidental, dos días después de que su unidad derrocara a la burguesía de Mohammed Bazoum, confirma, según el economista, «el inicio de un proceso irreversible» en curso en el África subsahariana, es decir, en esa franja geográfica que comprende: Sudán, Chad, Níger, Burkina Faso, Malí y Mauritania.

Vasapollo recuerda que el Presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, habló de ello en el reciente Foro Rusia-África de San Petersburgo, cuando evocó el «resurgimiento de África« en un discurso ante el Presidente ruso Vladimir Putin y otros dirigentes del continente, en el que aseguró que África necesita dirigentes que «dejen de comportarse como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tocan uno de sus instrumentos«.

Luciano Vasapollo, decano de Economía de la Universidad La Sapienza

Vasapollo comparte el análisis de Traoré y explica que

uno de los problemas del continente africano es la posición de sus dirigentes. El problema es ver a jefes de Estado africanos que no contribuyen al crecimiento de sus pueblos, dirigentes que cantan al son del imperialismo, tratados como «dependientes» de las compañías petroleras, o al menos de los concesionarios de minas, y de los gobernantes de los antiguos países colonizadores o más bien neocolonizadores.

Todos ellos son responsables, dirigentes locales, ejecutivos industriales y ministros occidentales, como políticos, como industriales y como hombres, de aplicar políticas que no respetan los derechos humanos», señaló el profesor, recordando el papel de gendarme para detener a los migrantes en el Sáhara confiado por Europa al gobierno de Níger.

El Papa Francisco, remarcó Vasapollo, lo proclamó con contundencia el domingo en el vuelo desde Lisboa: el mayor cementerio de migrantes no es el Mediterráneo, que se ha tragado a decenas de miles de ellos, sino el norte de África. Y frente a este hecho, es verdaderamente vergonzoso que Europa pida la vuelta a la legalidad internacional en Níger».

Al igual que Traoré, reitera Vasapollo, hoy nos enfrentamos a las formas más bárbaras del neocolonialismo y del imperialismo. Y tanto en África como en Europa, continúa el choque entre mundos unipolares y multipolares, que está en el origen de la propia guerra Ucrania-Rusia.

De hecho, explica el profesor Vasapollo, asistimos a la decadencia del nortecentrismo y también de la orientación monetaria del dólar y del euro. Se está repitiendo lo que ocurrió en Asia con la decadencia del imperio británico y el hundimiento de la libra esterlina.

Y se quiere impedir este colapso económico y monetario, como la desaparición del unipolarismo, mediante el papel de la OTAN, por tanto mediante la guerra y también la economía de guerra.

La guerra como remedio para la crisis, es decir, siguiendo las filosofías clásicas precristianas: según Heráclito, el conflicto, la guerra, es inevitable, brota de un fuego móvil, perpetuamente activo, ya que existe lucha entre los hombres y entre los elementos, no sólo lucha sino también movimiento perpetuo, en cada instante nosotros y todo lo que existe somos y no somos, en cada instante nos convertimos, y no hay presente

La guerra militar, insiste Vasapollo, es la expresión, digamos, típica del fin de los imperios: cuando están en decadencia desencadenan las mil formas del keynesianismo militar para darse continuidad a sí mismos.

Y en África ocurre lo mismo, es decir, los pueblos que se refieren al multicentrismo buscan su redención, donde el multicentrismo es una especie de Sur global, es decir, donde el Sur no es geográfico sino una condición de subalternidad impuesta y contra la que hay que rebelarse».

Ahora existe el riesgo de un conflicto militar dirigido por Francia para defender sus intereses económicos y comerciales y el robo de uranio, oro, petróleo y recursos minerales por parte de Occidente, lo que en última instancia debilitaría aún más la imagen de Francia en el mundo, ya que seguiría apareciendo su cara sucia y genocida de potencia neocolonial.

Luciano Vasapollo

Por el contrario, según Vasapollo, el pluricentrismo puede jugar sus posibilidades de afirmación aún más centralmente en África para establecer una transición descolonizadora en la determinación de un nuevo orden económico, comercial y mundial.

Estoy convencido de que Estados Unidos se lo pensará antes de embarcarse en otra guerra directa, porque evidentemente Ucrania está absorbiendo enormes recursos en términos económicos y militares, y también de imagen internacional, por lo que es difícil embarcarse en un frente bélico directo y, por lo tanto, si tiene que haber una guerra, debería ser liderada por África.

De hecho, en el patio trasero, que para Francia en general es África, los neocolonialistas promueven la guerra, dicen que, por la democracia y la defensa de la democracia, pero apuntan a la reconquista de territorios cuya explotación corre peligro de escapárseles, lo que me hace pensar que, al menos por el momento, el frente directamente militar no es inminente: los occidentales no tienen ganas de sostenerlo.

Por otra parte, añade Vasapollo, las fuerzas en el interior de Níger y las fuerzas populares están ahí: existen, por ejemplo, el movimiento M62, un fuerte movimiento de masas y de solidaridad internacional, similar a lo que hace el M23 en la RDC en el plano principalmente político.

Para Faro di Roma, Vasapollo señala que el M23 no es un movimiento prorruso, sino un movimiento popular de liberación congoleño, antiimperialista, por la autodeterminación y la soberanía decolonialista», y que gracias a esas presencias alternativas «parece crecer en África la conciencia de su propia dignidad.

En Níger – observa el economista – dicen ‘fuera los franceses, viva Rusia’, y esto ocurre porque Rusia tiene una política diferente en África en comparación con la francesa; no es casualidad que en la cumbre de San Petersburgo, que tuvo lugar hace unos días, hayamos visto a Rusia cancelar la gran mayoría de los pagos de la deuda externa de los países africanos y prometer brindar ayuda también en términos materiales, como con el suministro de trigo hacia África.

En definitiva, según Vasapollo revela que

existe una política internacional por parte de Rusia más basada en la solidaridad, en la ayuda y no en procesos colonizadores.

Por ello, con el nuevo gobierno de Níger hay que buscar precisamente el diálogo y no la criminalización del golpe de Estado: intervenir militarmente inflamaría toda África Occidental, es decir, convertiría África Occidental en Vietnam.

Se trataría de una vietnamización en el sentido de que toda la zona de los países que fueron colonias francesas o, en cualquier caso, todos los países de África Occidental se opondrían a ella en formas incluso de guerra directa en un terreno de «guerra de guerrillas y defensa de la soberanía y la autodeterminación.

Como escribe Contropiano, la presencia de unos 200.000 refugiados nigerianos que han huido de la violencia yihadista hacia Níger da la cifra de la apuesta del eventual forzamiento militar del que se precipitaría en un sentido u otro la situación en el Sahel, y sería una especie de ‘segunda guerra mundial africana’, después de la que se libró en el Congo.

Occidente y sus lacayos, concluye Vasapollo, están jugando nuevamente con fuego, pero no está garantizado en absoluto que, si recurren a la acción directa, su aventurerismo no pueda volverse un gigantesco búmeran contra las aspiraciones neocoloniales y los beneficios políticos de las frágiles fichas en el terreno.

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Imagenes tomadas de:  Stringer/Reuters

Fuente: Lahaine.org – La Humanidad – Contropiano / observatoriodetrabajadores.wordpress.com

Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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