Otros 40 BRICS en el Muro (por Dmitry Orlov)

La conferencia BRICS que se está celebrando actualmente en Johannesburgo ya ha producido algunas revelaciones sorprendentes.

Dmitry Orlov- Escritor / ensayista, ingeniero, lingüista, marinero – Analista Internacional- ruso-estadounidense

Una es que la proporción del comercio entre los miembros existentes del BRICS que todavía se realiza utilizando el dólar estadounidense ha caído por debajo de un tercio; la otra es que no menos de 40 países están en alguna etapa de unirse a los BRICS.

Estos son, por supuesto, avances muy positivos, pero queda mucho trabajo por delante. En la agenda está la tarea de reemplazar el dólar estadounidense como criterio que todos usan para fijar el precio de las materias primas y otros productos y para elegir alguna unidad nocional neutral que no se vea afectada por los tipos de cambio, que están sujetos a manipulación política: cuando un país hace algo que el A los habitantes de Washington no les gusta, su moneda pronto colapsa.

Los precios de los productos cotizados en la nueva unidad teórica estarían sujetos a la oferta, la demanda, el contenido energético y laboral y otras consideraciones similares del mundo real, no a los caprichos de los especuladores cambiarios.

Otra característica clave de la unidad nocional que lo diferencia del dólar estadounidense es que no puede prestarse ni tomarse prestado. Es simplemente un mecanismo de fijación de precios.

Otra es que no hay tipos de cambio entre su moneda nacional y las monedas nacionales que los especuladores puedan manipular (ya que no hay nada que intercambiar) y cada país es libre de fijar el precio de su moneda nacional en unidades nacionales como desee, con el objetivo de mantener un nivel cero en la balanza comercial. Obviamente, cualquier balanza comercial que se desarrolle, ya sea positiva o negativa, tendría que ser cubierta por un intercambio de oro o, cuando la situación requiera una consideración especial, aplazarse o perdonarse.

Gran parte del debate en la prensa occidental ni siquiera toca estos temas, sino que se centra en la cuestión de

¿Cuál será la nueva moneda de reserva?

Esto, por supuesto, plantea la pregunta:

¿Por qué debería haber una moneda de reserva?

Que igualmente se ignora. Más de cinco siglos de imperialismo occidental han enseñado a la gente en Occidente a pensar que tiene que haber un líder: si no es España, entonces es Gran Bretaña y si no es Gran Bretaña, entonces es Estados Unidos.

Naturalmente, piensan que el nuevo líder será China, ignorando el hecho de que China no tiene ningún interés en asumir ningún tipo de papel imperial.

Pero si los países se tratan entre sí como iguales (como les gustaría mucho hacer a los miembros actuales y futuros del BRICS), entonces no hay razón para que un país mantenga grandes cantidades de la moneda de otro país en reservas, especialmente cuando dichas reservas, primero: están respaldados por una montaña de deuda federal estadounidense que no hay planes de pagar jamás y segundo: puede ser confiscado en cualquier momento sin previo aviso si un país no sigue los dictados de Washington. Pero la pregunta más importante es la siguiente: ahora que los BRICS pronto representarán la mayor parte de la economía, la capacidad productiva y los recursos físicos del planeta:

¿dónde quedará parado Occidente?

Estados Unidos y la UE tienen déficits comerciales que suman alrededor de un billón de dólares al año. Hasta el momento, este déficit se cubrió con deuda soberana, obligando a los socios comerciales a comprar instrumentos de deuda emitidos por Estados Unidos y la UE. Pero dado que el dólar estadounidense (y su primo pobre el euro) ya no son necesarios para el comercio internacional, ¿cómo se va a financiar ese déficit comercial?

En ausencia de un comercio exterior financiado con deuda, tanto Estados Unidos como la UE, junto con sus estados y países constituyentes, colapsarían rápidamente económica y políticamente.

Esto sucederá eventualmente, pero en el corto plazo la tarea que tienen ante sí los BRICS es organizar una transición suave hasta un punto en el que tanto Estados Unidos como la UE se hayan vuelto demasiado débiles para causar un daño significativo.

Quizás ese sea el principal tema de discusión en la próxima cumbre de los BRICS, que se celebrará en la hermosa y moderna ciudad de Kazán, República de Tartaristán, Federación de Rusia, en octubre del próximo año.

Por ahora, la organización está muy ocupada definiendo la nueva unidad teórica que sustituirá al dólar estadounidense como criterio y aceptando nuevos miembros.