Cuando los rusos atacan (por Dmitry Orlov)

El sitio web algo respetable Politico.eu publicó recientemente un largo artículo titulado “Europa se enfrenta a Trump: ¿está preparada para enfrentarse sola a Vladimir Putin?

Dmitry Orlov- Escritor / ensayista, ingeniero, lingüista, marinero – Analista Internacional- ruso-estadounidense

Luego tenia un subtitulado que decia “El continente contempla el fin de su Pax Americana”. Se trata de un artículo contemplativo, pero lo que los autores se niegan a considerar es la validez de sus hipótesis: Vladimir Putin quiere luchar contra el continente. ¿Es este el caso de hoy?

He aquí una cita del propio artículo: “¿Qué posibilidades hay de que se produzca tal escenario?

Putin insiste en que la idea es ridícula: “Rusia no tiene ningún motivo, ningún interés (ningún interés geopolítico, ni económico, ni político, ni militar) para luchar contra los países de la OTAN.

¿Es Ucrania un país de la OTAN? Quien lo hubiera creido? Putin una vez mordisqueó una manzana; ¡así que tienes que darte prisa y esconder todas las naranjas! ¿Es esa la lógica? ¡Qué vergüenza para los escritores de Politico Laura Kayali, Lucia Mackenzie, Charlie Duxbury y Joshua Posaner, qué vergüenza para ellos! Si estás satisfecho con este nivel de análisis, deja de leer y pasa un rato agradable con tus hijos y/o nietos (si tienes alguno). Y si no tienes uno, trabaja en crear uno (si no es demasiado tarde para ti). Que Dios os bendiga !En cuanto a los demás, déjame ayudarte a separar las moscas de las chuletas (como les gusta decir a los rusos), porque incluso si las moscas se posan directamente sobre las chuletas, no es posible deducir de esta yuxtaposición que las moscas y las chuletas son lo mismo. No los aburriré con los detalles del Tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre Ucrania y la Federación de Rusia de 1997, que define las fronteras entre la Federación de Rusia y Ucrania, y que Ucrania permitió que expirara en 2019. Además, el régimen de Kiev expresó claramente su intención de unirse a la OTAN en violación de dicho tratado, que estipulaba la neutralidad militar de Ucrania.

Por lo tanto, el régimen de Kiev ha violado “el compromiso mutuo de no utilizar su territorio para perjudicar la seguridad del otro” (según la torpe formulación de Wikipedia), pintándose así un gran objetivo en la espalda respecto a Rusia. Tampoco los aburriré con un resumen de la constante deriva nacionalista de Ucrania, durante la cual se transformó, con el apoyo inquebrantable de Occidente, en una especie de anti-Rusia, lo que condujo al sangriento golpe de Estado de 2014, tras el cual el nuevo régimen nacionalista, establecido con la ayuda del Departamento de Estado de Estados Unidos, recibió reconocimiento y ayuda inmediatos de Occidente. Rápidamente prohibió el idioma ruso (hablado por la gran mayoría de la población de Ucrania) y comenzó a atacar físicamente a los rusos étnicos en el este del país, quienes luego se rebelaron y se separaron. Avancemos rápidamente a los siguientes ocho años, durante los cuales las regiones del este de Ucrania controladas por los separatistas fueron constantemente bombardeadas por el régimen de Kiev, hasta el coro occidental de “¡agresión rusa!” ; “¡Invasión rusa!” Rusia acababa de invadir el país o estaba a punto de hacerlo. Esta situación culminó en febrero de 2022, cuando el régimen de Kiev, rearmado y reentrenado por la OTAN, concentró tropas y blindados en la frontera de la región separatista y se preparó para atacar. Dada la porosa y en gran medida ficticia frontera entre la antigua Ucrania oriental y la propia Rusia, con los mismos rusos viviendo a ambos lados de esa frontera, esto fue inevitablemente un ataque contra la propia Rusia. Sólo entonces Rusia reaccionó: ante la perspectiva de ver a las fuerzas de la OTAN atrincheradas dentro del campo de tiro de Moscú, Putin pronunció su famosa cita: “Hace cincuenta años, en las calles de Leningrado, aprendí una regla: si el combate es inevitable, debes Golpea primero.” Esto inició la operación militar especial de Rusia para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, que continúa hasta el día de hoy. Esta es la única información relevante entre un gran montón de tonterías políticas:

Rusia sólo responde militarmente cuando se enfrenta a un riesgo de seguridad muy grave.

Sobre esta base, ¿representa Europa actualmente un riesgo de seguridad muy grave para Rusia, un riesgo que la obligaría a atacar para “atacar primero”? No, este no es el caso. A falta de una provocación muy grave de la OTAN, como ocurrió en el este de Ucrania en 2022, Rusia puede simplemente hacer lo que sea necesario para estar preparada para neutralizar y repeler cualquier posible ataque de la OTAN. El problema para la OTAN es que no hay otros representantes fuera de la OTAN, como la ex Ucrania, detrás de los cuales pueda esconderse y provocar a Rusia evitando al mismo tiempo una escalada importante entre Rusia y la OTAN. Los finlandeses, estratégicamente situados a poca distancia de San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, debieron darse cuenta de que eran los siguientes en la fila y rápidamente se unieron a la OTAN; ahora pueden salirse con la suya lanzando unos cuantos ladridos fuertes en dirección general a la frontera rusa, mientras evitan hábilmente ser lanzados hacia Rusia en una especie de ataque suicida. Mientras tanto, prácticamente han destruido su pequeña economía al cesar todo comercio con Rusia (lo que los rusos apenas notaron). También hacen la vida difícil a su minoría rusa, que es bastante numerosa, pero esto no constituye una amenaza existencial para Rusia; estas personas pueden volver a casa cuando quieran, y si no son lo suficientemente inteligentes como para entender en qué dirección sopla el viento, tal vez simplemente no sean lo suficientemente rusos. Los líderes europeos tienen una razón completamente diferente para hablar de armarse contra Rusia.

• Al aislarse de las exportaciones rusas de energía y otros insumos industriales esenciales, la industria europea se ha vuelto poco competitiva. La fabricación de armas es ahora prácticamente la única actividad industrial en la que pueden participar de manera rentable: las decisiones de compra de armas son en gran medida políticas y las armas no necesitan tener precios competitivos ni siquiera ser particularmente efectivas.

• Además, al citar la “amenaza rusa”, los funcionarios europeos pueden justificar nuevos préstamos masivos, en nombre de la seguridad nacional, para tapar enormes agujeros en sus presupuestos nacionales.

• Finalmente, la fantasmal “amenaza rusa” puede ayudar a distraer la atención de su terriblemente mal administrada seguridad interna, con enormes multitudes de inmigrantes inundando sus tierras y cometiendo numerosos crímenes. Teniendo todo esto en cuenta, la posición de Europa en la preparación de un ataque ruso recuerda a un viejo chiste: un hombre camina por la calle cuando una mujer en un balcón lo señala y grita: “¡Ayúdenme! Este hombre está a punto de ¡violarme!” El hombre le grita: “Mujer, ¿cómo puedo violarte si estás en el balcón?”. A lo que la mujer responde: “Enseguida bajo”.