La Tragedia del Socialismo Occidental: Simulacro vs. «Mal Honesto» en la Crisis Política Actual
Análisis de la Espiritualidad Política de Clase Media, el Silencio sobre Gaza y la Paradoja Trump
Nota: Diario La Humanidad – Alfonso Ossandon
Corresponsalía – Milano – Italia
¿Por qué la izquierda socialista hegemonizada prefiere la pureza moral sobre la transformación real? Un ensayo incisivo desde Roma desmonta la hipocresía metafísica del progresismo contemporáneo. Exploramos cómo el «socialismo» ha sido domesticado por el neoliberalismo y su complicidad en el genocidio de Gaza sumado a la adhesión a la OTAN lo vacían de contenido, mientras figuras como Trump con su cinismo explícito, devuelven una verdad cruda sobre el sistema real. Una reflexión urgente sobre la batalla entre verdad y simulacro en nuestra crisis espiritual y política.
Entre el simulacro y el mal honesto: notas para pensar el socialismo occidental
El reciente triunfo de un candidato “socialista” en Nueva York no debería leerse únicamente como un signo de avance progresista, sino como un síntoma de la crisis moral y simbólica de la política contemporánea. En el corazón del imperio, donde el capital financiero dicta el pulso de la vida, incluso la palabra «socialismo» ha sido domesticada, higienizada, transformada en una etiqueta de gestión “moralmente responsable” del neoliberalismo.
El socialismo neoyorquino, atrapado entre el deseo de justicia social y la necesidad de ser aceptable para el sistema mediático y financiero, termina convirtiéndose en una forma de espiritualidad política de clase media: discursos de empatía, diversidad, y justicia ambiental, que raramente cuestionan la raíz del poder —la guerra, la acumulación y la dominación tecnológica—.
Por eso, su aparente bondad moral convive con el silencio o la complicidad frente al genocidio en Gaza, y el Dios Jano, y con la adhesión sin fisuras a la OTAN.
El resultado es una izquierda purificada, pero desprovista de conflicto real. Una izquierda que reza por la paz con el lenguaje de los derechos humanos mientras aprueba presupuestos de guerra. Una izquierda que ha aprendido a hablar el idioma del bien, pero ha olvidado cómo ejercer el mal necesario para transformar la realidad.
En ese contraste, el «mal honesto»de figuras como Trump aparece casi como un espejo que devuelve verdad: el cinismo explícito, el ego desatado, la brutalidad verbal, exponen sin maquillaje lo que el sistema realmente es. No es que Trump encarne el bien —todo lo contrario—, pero su desnudez simbólica revela la mentira del moralismo liberal y progresista.
En él hay menos hipocresía metafísica: no disfraza el poder de compasión.
El socialismo occidental, en cambio, teme su propia potencia. Prefiere el simulacro del bien antes que el riesgo del mal auténtico. En su búsqueda de pureza moral, termina sirviendo al mismo orden que pretendía subvertir.
En el fondo, lo que se libra hoy no es una batalla entre derecha e izquierda, sino entre «verdad y simulacro»; entre la brutal honestidad del mal y la corrección política del bien desactivado.
Y tal vez esa sea la tragedia espiritual de nuestro tiempo: que el demonio parece tener más coherencia que los ángeles que lo combaten.
—
Alfonso Ossandón Antiquera
desde el Vaticano y tomando café en Roma
.
.
Por favor, comparte nuestros artículos en tus redes sociales, con amigos, en grupos y en páginas. ¡De esta manera la gente podrá alcanzar un punto de vista alternativo al implantado por occidente sobre los distintos acontecimientos en el mundo!
.
Te recomendamos leer:
.
.
.
.
Imagen: france24
.
Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.
About Author
