La Prensa que Censura: Lavrov, Corriere della Sera y la Crisis de la Prensa Occidental

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Claves del Escándalo Editorial, la Manipulación de Entrevistas y los Paralelos Históricos con la Operación Cóndor y Gladio en la Era de la Desinformación

Nota: Diario La Humanidad – Béa Powels

Corresponsalía – Milano – Italia

La polémica entre el Canciller ruso Serguéi Lavrov y el diario italiano Corriere della Sera destapa la matriz atlántica de los medios occidentales. Este análisis exclusivo de Béa Powels, revela cómo la censura editorial, las agendas geopolíticas y la manipulación de entrevistas silencian voces críticas con la OTAN y la UE. Con datos actuales sobre amenazas a periodistas en Italia y conectando con operaciones históricas como la Gladio y la Operación Cóndor, expone aqui los mecanismos de la desinformación, la guerra híbrida y el control mediático. Una lectura esencial para entender la crisis de la libertad de prensa, la ética periodística y la lucha contra los relatos hegemónicos en el contexto de la guerra en Ucrania y la represión global.

Lavrov y el Corriere della Sera: censura editorial y la matriz atlántica de la prensa occidental

La reciente controversia entre el canciller ruso Serguéi Lavrov y el diario italiano Corriere della Sera evidencia una tensión central del periodismo moderno: la relación entre ética editorial, geopolítica y narrativa dominante.

Moscú acusa al diario de publicar su entrevista con recortes que desvirtúan sus críticas a la Unión Europea y la OTAN. La disputa revela la interacción entre poder editorial y agendas geopolíticas, y no debe verse como un caso aislado.

El Corriere recibió la propuesta de entrevista y envió sus preguntas. Lavrov respondió con un texto extenso, cuestionando políticas europeas y señalando la complicidad de sectores ultranacionalistas ucranianos. La publicación parcial del contenido generó reproches desde Moscú, calificándola de censura o manipulación. Desde la perspectiva crítica, si un medio considera que un contenido puede funcionar como propaganda, la ética exige rechazar la entrevista, no publicarla parcialmente. Publicarla con cortes se percibe como un intento de tener la exclusiva sin asumir los riesgos de difundir un discurso incómodo para la narrativa atlántica.

Alfonso Ossandón Antiquera, jefe de redacción de la corresponsalía de Milán y periodista chileno, subraya que este episodio no es aislado, sino un ejemplo contemporáneo de un patrón histórico.

Durante la Guerra Fría, diarios latinoamericanos como El Mercurio, financiados por la CIA, actuaban como vehículos de narrativas alineadas con intereses externos. Hoy, según Ossandón, se repite un esquema similar en Europa: medios consolidados alinean sus decisiones editoriales con agendas geopolíticas, minimizando o ajustando información que desafíe el consenso atlántico.

Este patrón también se observa en radios y diarios neoliberales de América Latina, que reproducen discursos pro OTAN mientras silencian voces críticas.

El contexto italiano actual agrega gravedad a la situación de la prensa.

Durante 2024, 536 periodistas han sido amenazados, y un destacado periodista de investigación sufrió un atentado con bomba a su automóvil frente a su casa.

La tensión sobre la libertad de prensa es tangible y pone en riesgo la labor independiente de los medios. Ossandón recuerda además casos históricos de violencia política que muestran la continuidad de la represión contra opositores y periodistas.

Entre ellos, el asesinato de Orlando Letelier, ex canciller de Salvador Allende, y el atentado contra Bernardo Leighton y su esposa Ana María Fresno en Roma, ocurrido el 6 de octubre de 1975. Ambos sobrevivieron, pero con secuelas graves: Leighton sufrió daños cerebrales que afectaron su memoria y habla, y Fresno resultó gravemente herida. El atentado fue obra de agentes de la DINA chilena y de grupos neofascistas italianos, en el marco de la Operación Cóndor, una red de represión transnacional de los regímenes dictatoriales de América Latina que tiene paralelos con la Operación Gladio en Europa, destinada a intervenir y neutralizar a la izquierda mediante violencia, terrorismo y conspiración política.

La disputa Lavrov–Corriere plantea dilemas clásicos de ética periodística: publicar íntegramente o no publicar, evitar convertirse en instrumento de propaganda sin sacrificar la integridad informativa, y mantener transparencia en la edición de entrevistas sensibles. El Corriere defendió su derecho a editar, pero recortar declaraciones sustantivas de un alto funcionario sin advertir al lector vulnera principios básicos de fidelidad periodística. El medio se protege del riesgo político mientras sacrifica la integridad del testimonio.

Desde la perspectiva de Ossandón Antiquera, esta controversia evidencia que los medios operan dentro de estructuras de poder que determinan qué se publica y qué se omite.

Cada recorte o silencio forma parte de la construcción de narrativas geopolíticas que atraviesan Europa y América Latina.

La historia reciente y los antecedentes de violencia política muestran que la defensa de la información íntegra y la transparencia editorial no son lujos académicos, sino herramientas indispensables para resistir relatos hegemónicos y preservar la pluralidad de voces en tiempos de conflicto y amenaza a la prensa.


 

© Diario La Humanidad  / Béa Powels Corresponsalía Milano

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Los artículos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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