Crisis Ética en Chile: Anestesia Social, Neofascismo y la Huida Hacia el Abismo
Alcohol, Drogas y Baja Natalidad: Cómo la Falta de Responsabilidad Ética y la Desesperanza Juvenil Pavimentan el Camino al Autoritarismo
Nota: Diario La Humanidad – Alfonso Ossandon
Corresponsalía – Milano – Italia
Un análisis crudo de la Chile que heredará el próximo presidente: una sociedad anestesiada por el consumo problemático, la pornografía en horario laboral y una élite enfocada en el espectáculo. Exploramos la raíz de esta crisis estratégica—el vacío de responsabilidad cívica—, su vínculo con el auge del neofascismo y las claves urgentes para revertirla, desde auditorías ciudadanas hasta una nueva cultura de ética profesional. ¿Está Chile a tiempo de recuperar su proyecto nacional?
Chile 2025: un país drogado y anestesiado
El próximo presidente heredará un país donde la juventud está atrapada entre alcohol, drogas y pornografía en horario laboral. La natalidad cae, las certezas desaparecen y gran parte de la élite ha reemplazado la acción por el espectáculo. No es un problema moral menor. Es un problema estratégico.
El vacío de responsabilidad
Chile no se derrumba por las fiestas ni por los excesos privados. Se derrumba por la ausencia de responsabilidad, por el nihilismo que atraviesa instituciones y por la falta de espiritualidad cívica. La derecha financiera ha sabido aprovechar este vacío para consolidar privilegios y pavimentar el camino del neofascismo sin máscara.
Universidades y líderes de espectáculo
Fiestas interminables, alcohol, drogas y ostentación crean líderes con alto capital simbólico y bajo capital de gobernanza. Del activismo al poder muchos pasaron a la estética del éxito: ropa cara, viajes, gadgets y discursos inflamados reemplazan la planificación y la acción concreta.
La ética desaparece y el país espera resultados que no llegan.
Síntomas de una sociedad anestesiada
El consumo problemático y la dispersión digital son signos de desesperanza. Jóvenes que posponen o renuncian a formar familias reflejan la precariedad laboral y la falta de horizontes. Chile se entretiene mientras se desarma, mientras el Estado falla en salud, educación y seguridad.
Y la derecha ofrece un supuesto orden donde el Estado no cumple.
El terreno está abonado para el neofascismo.
Fragilidad y dependencia
Chile no es una isla. La gestión irresponsable de recursos estratégicos y la polarización interna aumentan la dependencia externa y limitan la capacidad de maniobra frente a potencias y corporaciones internacionales.
La falta de cohesión social deja al país vulnerable y sin margen de negociación.
La raíz del problema
No son las fiestas, ni el alcohol, ni las drogas. La enfermedad real es la ausencia de responsabilidad ética, fiscal, cultural y demográfica. Sin responsabilidad, Chile pierde desarrollo, seguridad social y autonomía. Sin responsabilidad, el neofascismo entra sin máscara.
Cómo revertirlo
Chile necesita reemplazar la pose por la práctica, la estética por la eficacia y el espectáculo por la responsabilidad. Auditorías ciudadanas, reducción de consumo dañino, reforma universitaria orientada al servicio público, políticas demográficas y gestión estratégica de recursos naturales. Una cultura de responsabilidad cívica y ética profesionalizada puede devolver sentido y futuro al país.
El desafío no es moralista, es político. La élite debe comprender que el poder es servicio.
La ciudadanía debe exigir resultados. Solo así Chile podrá reconstruir un proyecto nacional sólido, resistente a los intereses de las élites y capaz de devolver disciplina, sentido y esperanza.
© Diario La Humanidad / Alfonso Ossandón Antiquera
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Imagen: deia.eus
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