¡Bienvenida, multipolaridad!
 
                Aleksandr Dugin señala que Trump podría haber recuperado el liderazgo de Estados Unidos dentro de un sistema multipolar, pero en cambio su agresividad —ataques a China, aranceles elevados a la India, presión sobre Brasil, amenazas contra los BRICS y continuas hostilidades contra Rusia en Ucrania— ha acelerado el auge de la multipolaridad.
Diario La Humanidad
Trump está forjando el nuevo mundo no por elección, sino por obligación. Al tratar de perturbar la multipolaridad y preservar la hegemonía estadounidense, en realidad está acelerando el auge de la multipolaridad.
Es especialmente significativo no solo el encuentro entre Vladimir Putin y Xi Jinping, que simboliza la unidad de dos grandes potencias y civilizaciones, sino también la participación del primer ministro indio Narendra Modi —a quien Trump ofendió gravemente con su conducta— en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). De hecho, en la cumbre de la OCS en Pekín convergen los tres polos principales y plenamente establecidos del mundo multipolar: China, Rusia y la India.
El destino de la humanidad depende de si estos tres polos pueden llegar a un entendimiento mutuo en las nuevas condiciones históricas y no de lo que diga o haga Trump.
Él ya ha cumplido su misión: empujó a Rusia a los brazos de China y ahora ha abandonado a su antiguo aliado, la India.
Ahora, estos tres grandes Estados-civilizaciones se están uniendo. Su potencial combinado —económico, demográfico, político, geopolítico, basado en sus recursos y capacidad nuclear— supera al del mundo occidental. Está es la auténtica multipolaridad que nadie esperaba, pero que ahora se ha hecho realidad.
Ahora Occidente —el fallido mundo unipolar con su OTAN, su lamentable Unión Europea y su idiota vasallo Israel, que intenta afirmar su grandeza en un pequeño rincón de Oriente Medio— se enfrenta a un gran contrapeso euroasiático. Ninguna fuerza podrá prevalecer contra él.
El mundo islámico, en primer lugar, los chiítas de Irán, también se unirá a este orden multipolar encarnado en las tres grandes potencias: Rusia, China e India.
Los que duden perderán gradualmente toda relevancia, incluso a nivel regional. Trump intentó evitar todo esto, pero al final terminó llevando a todos por ese camino.
La próxima visita de Vladimir Putin a China para la cumbre de la OCS no es simplemente otra reunión con Xi Jinping y Narendra Modi.
La situación ha cambiado. Occidente se negó a aceptar la multipolaridad y, por lo tanto, esta dejará de lado a Occidente y lo obligará a ocupar el lugar que le corresponde en la nueva jerarquía, renunciando a su papel de liderazgo.
Trump comenzó con el lema «Make America Great Again» (Hagamos grande de nuevo a Estados Unidos), prometiendo grandeza también a otros países, para hacerlos «grandes de nuevo». Sin embargo, no logró mantener esta misión y cayó en la política sucia y vil de los neoconservadores. Al intentar preservar la hegemonía estadounidense, esencialmente la acabó y nos entregó la iniciativa.
En la cumbre se reúnen las verdaderas grandes potencias: Rusia, China y la India. Son ellas las que decidirán el destino de la humanidad.
Te guste o no, el futuro de la humanidad pertenece a Xi Jinping, Modi y Putin.
Nosotros tres [Rusia, China y la India] determinaremos cómo será el futuro de la humanidad.
Estamos construyendo nuestras propias visiones en el mundo multipolar. Este es el significado único de la Cumbre de la OCS.
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Fuente e imagen: Geopolitica.ru
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