¿Quién es Nigel Farage?

Farage es alguien que cambia sus opiniones políticas como un camaleón, escribe Martin Jay.

Diario la Humanidad

Esta es una pregunta que los periodistas británicos aún no se han planteado. Pero pronto comenzarán a indagar en el pasado del líder reformista.

¿Descubrirán alguna vez quién es realmente y quién está detrás de él?

Para Rusia, el diputado Nigel Farage, líder del Partido Reformista en el Reino Unido, que actualmente cuenta con solo cinco miembros, es una persona peculiar. Inicialmente fan de Putin e incluso trabajó como presentador para Russia Today, pero se volvió contra el líder ruso al ver que no le convenía ser visto apoyándolo en el Reino Unido.

Farage es alguien que cambia sus opiniones políticas como un camaleón, cambiando el color de su propia identidad política para adaptarse al clima actual y aprovecharlo.

Aunque es una de las pocas personas en la política británica que ha dicho públicamente que Occidente provocó a Rusia en Ucrania, y de ahí la invasión, Farage por el momento se mantiene a distancia de Putin.

Y esto podría ser una decisión inteligente para él, ya que en los últimos días inició lo que parecía ser una campaña de desprestigio contra un compañero de su propio partido, la cual, al parecer, ha cambiado el curso de su propio destino. Mientras que hace apenas dos semanas algunos apuntaban a Farage como el próximo primer ministro en 2029, ahora, por primera vez, la gente en Gran Bretaña, y no los medios de comunicación, se plantea tres preguntas clave:

¿Quién es realmente Nigel Farage?

¿Podemos confiar en él para gobernar el país?

Y, por último, ¿quién o qué está detrás de él?

Estas tres sencillas preguntas ahora serán como tres clavos para su propia cruz.

En círculos políticos, la disputa con Rupert Lowe y la posterior campaña de desprestigio no fueron nada novedosos, dado que Farage tiene un conocido historial de enfrentamientos con miembros de su propio partido y de agredirlos con campañas de desprestigio que ahora llegan a la prensa, pero que antes circulaban en redes sociales. Es lo que hace Nigel. Cuando se topa con alguien que cuestiona su estrategia o sus opiniones, lo convierte en un blanco fácil. Farage es lo que es en gran medida debido a su narcisismo y a la creación de una secta a su alrededor. Desde los inicios del UKIP, Farage siempre ha sido un dictador dentro del partido que él mismo creó, sin interés en ningún tipo de responsabilidad o liderazgo compartido. En la época del UKIP, esto lo llevó a enfrentarse y destruir al menos a 50 personas durante una sola legislatura europea, según Godfrey Bloom, un querido amigo que también abandonó el partido.

El patrón es siempre el mismo. Una vez que el individuo ha demostrado carácter y dotes mediáticas, se desenvaina el cuchillo. Luego, una vez que consigue la cobertura mediática, robándole protagonismo, se arremete contra él, hasta que finalmente, cuando el adversario demuestra el coraje de incluso aspirar a la presidencia del partido, el ataque se vuelve frenético pero calculado.

Mi propia estimación es que las víctimas ascienden a cerca de cien, pero la reciente campaña de desprestigio llevada a cabo contra Rupert Lowe, quien es respetado por Elon Musk, ha dañado tanto a Farage que, hasta ahora, la mayoría de sus miembros no tenían idea de cómo derrota y destruye a cualquiera con verdadero talento que pueda cuestionarlo o enfrentarlo en cuanto a la estrategia del partido.

El secreto se ha revelado y ahora, sobre todo en redes sociales, los podcasters a los que ha criticado y que tienen un número considerable de seguidores, están respondiendo a las puñaladas. Venganza en su forma más cruel, servida fría y muy efectiva.

Si bien esto plantea preguntas obvias sobre cómo tantos cadáveres que Farage ha sorteado pueden ahora ser un verdadero problema para él, sus partidarios se preguntan cómo puede alguien que dirige un partido basándose en ideas tan megalómanas ser apto para gobernar el país. La respuesta es, por supuesto, que no lo son, lo que está llevando a muchos partidarios del Reform, sin ningún otro lugar al que recurrir fuera de su partido, a los brazos del propio Lowe, quien, según muchos, debería dirigir el Reform. Sin embargo, lo que Farage y su camarilla de patéticos aduladores no se han dado cuenta es que, incluso si logran sobrevivir a la polémica con Lowe —y probablemente puedan hacerlo en las elecciones locales del 1 de mayo— a mayor escala, el escándalo podría ser devastador para Farage y su aspiración a obtener escaños en 2029.

Las elecciones nacionales son una nueva era en comparación con las elecciones locales o las europeas. Dado que el Reino Unido ya no tiene elecciones europeas, este voto de protesta ha cobrado mayor relevancia. Pero sigue siendo un voto de protesta. En otras palabras, es un voto de descarte para que la gente muestre su decepción con los partidos en el poder.

Farage se deleitará con las elecciones locales y la victoria que traerán consigo y no verá algunos detalles en el informe Rowe que son importantes.

En primer lugar, por primera vez, el tema de la personalidad de Farage y su integridad política se está convirtiendo en una pregunta frecuente en el ámbito de los podcasts, y es casi seguro que llegará a los medios de comunicación convencionales en los próximos meses.

Dado que Farage ha suavizado considerablemente su postura sobre las deportaciones masivas, que Lowe sigue reclamando, muchos votantes reformistas perciben que está utilizando a un grupo demográfico —los votantes de extrema derecha y antiinmigración— como base para luego apoyar a un grupo más amplio por encima de él: los centristas.

Farage cree erróneamente que la política de deportaciones masivas tiene sus limitaciones en las urnas. De hecho, más del 60 % del país cree que es la única manera de que el Reino Unido siga siendo un país del G7, dado que Gran Bretaña ahora paga prestaciones a más de 1,2 millones de falsos solicitantes de asilo, cuya factura anual asciende a unos 15 000 millones de libras en total para alojar, calentar, alimentar y mantener con bienes de consumo. ¿Se puede confiar en Farage como futuro primer ministro cuando ni siquiera es capaz de aferrarse a sus propios principios políticos, los cuales les permitieron a él y a sus cuatro compañeros obtener sus escaños?

La traición es central en el culto a Farage, al igual que la mentira. En temas que nos hacen creer importantes para él, como la libertad de expresión, por ejemplo, no vemos pruebas que lo respalden. Todo lo contrario. En mi propia experiencia como propietario de una revista de investigación y libertad de expresión en Bruselas, fue Farage quien le asestó un duro golpe que finalmente provocó su cierre en 2006. Farage, en realidad, odia la libertad de expresión, pero es una mentira que los periodistas británicos no le reprochan, como afirmar que «advirtió» a Occidente de lo malo que era Putin; algo hilarante, dado que Farage trabajaba para Russia Today y estaba encantado de recibir una generosa paga por sus bufonadas.

Esta pregunta de si se puede confiar en él para dirigir el país aún no se plantea a los periodistas convencionales, con quienes, hasta ahora, Farage ha mantenido una excelente relación, tanto en el partido como fuera de el partido. De hecho, es esa relación, durante casi 25 años, la que, en parte, lo ha llevado a alcanzar las alturas vertiginosas actuales, donde casi toda su interacción con los medios es mayormente elogiosa, incluso hasta el punto de que Piers Morgan es el chico de sus esfínteres.

La entrevista de 2017, donde Farage afirma que no le importa lo que la gente piense de él —una mentira grotesca—, le permite pintar una imagen de él como un héroe recalcitrante en Bruselas destruyendo el Parlamento Europeo, cuando en realidad era su bufón de la corte y una figura clave de la élite europea. Farage es un elitista hasta el extremo y aunque habla cariñosamente con Morgan sobre sus años escolares, no menciona que no practicó deporte ni se fue a la universidad ni se convirtió en oficial del ejército, dos elementos que Godfrey Bloom considera que son su perdición, ya que lo llevaron a convertirse en un líder sin cualidades de liderazgo.

La relación especial con los medios, que da lugar a estas entrañables entrevistas, le ha sido muy útil. Pero está llegando a su fin, ya que, cuando Reform gane más escaños locales y la disputa con Lowe se calme, los conservadores empezarán a idear estrategias para arremeter contra el partido, y será un joven asesor de medios experto en internet quien proponga usar a las 100 víctimas y su presencia en redes sociales como herramienta para alimentar a los periodistas de Westminster. Es inevitable.

Una de las áreas que los periodistas querrán investigar no es solo cómo Farage destruye a todos sus competidores dentro de su propio partido, sino quién es realmente el hombre. Y qué o quién está detrás de él. Aunque algunos podrían especular que Israel podría ser un mecenas, yo apostaría a que dos partidarios distintivos mueven sus hilos. Los globalistas del Grupo Bilderberg, cuyos planes para el Reino Unido son hundir la economía con inmigrantes ilegales y luego limpiarla con grandes ganancias, sin duda vaciando los activos del sector privado del país; y luego, por supuesto, el propio Estado profundo.

¿Cuánto tiempo más podremos ignorar el extraordinario brío, si no la arrogancia, de Farage cuando manipula el sistema judicial casi como si algo mucho más poderoso lo protegiera?

La pregunta de si el MI5 está utilizando a Farage como un activo ya no es válida.

La verdadera pregunta es hasta dónde llegarán y cuáles son sus objetivos a largo plazo con un hombre que, cuando lo conocí en 2002, era solo un fumador empedernido del sur de Inglaterra con una caravana.

Farage ha recorrido un largo camino. ¿Pero quién es él realmente?

Por favor, comparte nuestros artículos en tus redes sociales, con amigos, en grupos y en páginas. ¡De esta manera la gente podrá alcanzar un punto de vista alternativo al implantado por occidente sobre los acontecimientos en el mundo!

Te recomendamos leer: