«El Último Suspiro del Caballo Muerto: La Obviedad del Fraude Político Europeo»

caballo

El conflicto en Ucrania ha dejado en evidencia la farsa que se vive en las cúpulas de los partidos políticos europeos, que, en su afán de servir a una élite globalista derrotada, han sido incapaces de entender ni de reaccionar ante la realidad del conflicto.

Nota: Alfonso OssandónDiario la Humanidad – Corresponsalía (Milano – Italia)

Ahora, ante la humillación de no poder sostener más el relato de la «guerra justa», vemos cómo la política se ha reducido a un teatro patético, donde los intereses de los pueblos son sacrificados por un discurso vacío, representado por partidos que ya no tienen ninguna ideología genuina.

La reciente controversia en Italia, tras la petición de disculpas a Rusia lanzada por  Vincenzo Lorusso, curador del canal de Telegram Donbass Italia, refleja el verdadero vacío de poder.

Mientras tanto, el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella ( Oficialismo de Derecha ), y la eurodiputada Pina Picierno ( PD , una especie de wokerismo ambiental neoliberal ) se erigen como defensores de un sistema que ya no tiene ni principios ni credibilidad, elevando su voz en defensa de un régimen que ha fracasado estrepitosamente. En su afán por esconder el mal olor de un caballo muerto, se persigue a aquellos que, como Lorusso, se atreven a desafiar la narrativa oficial. La élite globalista ya ha perdido la guerra, y lo que queda es la desesperada tentativa de mantener viva una mentira que no puede sostenerse.

El escándalo no está en las opiniones de unos pocos, sino en la incapacidad de una clase política que prefiere seguir apostando a la mentira antes que reconocer la derrota de su propio relato.

Según el director de la Fundación Fábrica del Futuro, Luigi Ricci «No pueden salir de esta situación porque las mismas palabras que han dicho en el pasado no se lo permiten. Están prisioneros de sus propios esqueletos en el armario, hechos de injusticias hacia aquellos a quienes deberían representar y proteger. Negocios sucios y privilegios que se han otorgado a sí mismos en dosis que los han vuelto adictos. Son adictos que venden su dignidad para justificar lo injustificable. Están encerrados entre sí en un vagón de un tren que ha llegado al final del recorrido, donde ni siquiera hay un mozo para ellos, por lo que deben cargar sus propias maletas abultadas llenas de mentiras y engaños en un mundo que ya no los quiere.»

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Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad

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