Chile Sombras de Poder: "La Verdadera Cara de Mario Desbordes"

Mario Desbordes, exdiputado, exministro y actual alcalde de Santiago, no es simplemente un político en busca de mejorar la seguridad y el orden.

Diario la Humanidad

Su figura representa el rostro de la corrupción sistemática que carcome a Chile desde sus cimientos. Prometiendo erradicar el comercio ilegal y devolver la tranquilidad a las calles, Desbordes ha encubierto una red de acciones y decisiones que lo vinculan peligrosamente con el crimen organizado y los intereses más oscuros que operan en el país.

Lejos de cumplir con sus promesas, su administración se ha dedicado a desmantelar programas sociales fundamentales, como «Casa Igualdad», y a despedir a decenas de funcionarios dedicados a la inclusión y el cuidado comunitario. Estas medidas no son una mera reestructuración administrativa; son un golpe directo a los sectores más vulnerables de Santiago, mientras su supuesta «lucha contra la delincuencia» es poco más que un discurso vacío para ganar titulares.

Sin embargo, lo más alarmante de Desbordes no son sus decisiones administrativas, sino las denuncias que lo sitúan en el epicentro de una red criminal transnacional.

Las acusaciones lo vinculan con estructuras de narcotráfico militarizado provenientes de Colombia y Venezuela, organizaciones que no solo financian campañas políticas, sino que también han infiltrado a Carabineros y la PDI, convirtiendo a las fuerzas de seguridad en cómplices de su expansión. Desbordes, según estas denuncias, sería un engranaje clave en este sistema, beneficiándose directamente de recursos ilícitos y utilizando su posición de poder para garantizar la impunidad de estas redes.

El papel de los medios de comunicación en este entramado corrupto no puede ser ignorado.

Bajo el mando de directores y editores que han cerrado filas en torno a Desbordes, las principales cadenas televisivas del país han evitado investigar a fondo estas conexiones.

Este blindaje mediático es parte del engranaje que asegura la perpetuación de un sistema donde el poder político, el narcotráfico y los intereses corporativos se entrelazan en detrimento de la ciudadanía.

Mario Desbordes no es solo un político corrupto: es el símbolo del peligro que enfrenta Chile en su lucha por recuperar la integridad de sus instituciones.

Sus nexos con el crimen organizado y su agenda represiva no solo profundizan las desigualdades, sino que también amenazan con consolidar un modelo de poder basado en el miedo, la represión y la impunidad.

Si no se enfrenta con contundencia a figuras como él, el futuro de la democracia chilena corre un riesgo real e inminente.

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Desde Santiago de Chile Rosario Thieme

Corresponsalía Milano / Alfonso Ossandón Antiquera / © Diario La Humanidad

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